El presidente de la Asamblea, Ignacio Velázquez, el delegado del Gobierno, Manuel Céspedes y el comandante general, Evaristo Muñoz, se daban cita en la Plaza de los Aljibes para la inauguración, en un acto institucional, de un monolito conmemorativo del levantamiento del sitio de Melilla, que constituiría un permanente homenaje a los protagonistas del histórico suceso.
Velázquez acusaba a Céspedes de perder las facultades de discernimiento al apuntar que un melillense de extrema derecha estaba detrás del acto vandálico protagonizado por 300 legionarios para vengar la muerte de un compañero.