Algo más de un centenar de personas procedía a repartirse en parcelas de la Cañada de Hidum y en los que pensaban construir sus futuras viviendas. Los implicados en este reparto, todos vecinos de la zona, indicaron que el MOPTMA les había dado su autorización alegando que se trataba de terreno público en el que se podía construir. Sin embargo, el representante del Ministerio negaba tajantemente tales aseguraciones, indicando que esas tierras pertenecen a la familia Alcaraz. La actividad de los vecinos, denotaba una seguridad total en la autorización para proceder a la construcción. De hecho ya habían procedido a deslindar las parcelas y se encontraban cavando zanjas.
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