Antonio Sampietro, presidente de Ceuta, visitaba Melilla en esa jornada para hermanar relaciones con el presidente melillense, conocer la ciudad y sobre todo, para profundizar en la materialización de un acuerdo de colaboración que, por primera vez en la historia, uniría a ambas ciudades en las principales reivindicaciones competenciales ante la Administración Central. Materias como las competencias urbanísticas y, en general, las derivadas de los traspasos a las autonomías ceutíes y melillenses, viajarían a Madrid de la mano de sendas asambleas que harían causa común.
Los jugadores de la U.D. Melilla realizaban, a juicio de los cronistas, un auténtico ejercicio de tesó y sacrificio, pero infructuoso. El Motril, todo un autobús cargado de defensas sin contemplaciones vencía por 1 a 0.