La RAE, define como terrorismo el conjunto de actos violentos llevados acabo mediante el terror, doblegar bien la voluntad individual o colectiva. Cuando alguien habla de terrorismo, sobre todo tras el fatídico fin de semana, a todos nos vienen a la mente ese 13-N y las 130 vidas segadas o más por la barbarie asesina de esos yihadistas …
…mientras exclamaban ¡Allah Akbar! (Alá es el más grande), algo que posiblemente crean y manifiesten millones de musulmanes islamitas pacíficos y personas de bien, durante sus rezos, cánticos o expresiones, pero no mencionan el buen nombre de Alá en vano como los que matan indiscriminadamente, y flaco favor hacen precisamente a todas estas familias musulmanas e islamitas que viven y trabajan pacíficamente en todo el mundo. Ayer mismo, domingo 15, entre otras excelentes colaboraciones en Melilla Hoy, me quedo especialmente con la de uno de esos musulmanes de bien (Malik Benaisa) que lo dejó más que claro en su Tribuna Pública.
Dicho lo anterior, se me agolpan otras muchas masacres humanas llevadas a cabo por todos estos terroristas fanáticos. Más de 800 víctimas de la banda terrorista ETA, los fatídicos 11-S en la Torres Gemelas y 11-M en Madrid. Recientemente otros 43 asesinados en El Líbano por ISIS o DAESH (como se le quiera llamar cada cual. Yo me niego a llamarlos EI, que es lo que quieren como reconocimiento de “su imaginario Califato”) y otros tantos más degollados, quemados o acribillados (muchos videos grabados de crueldad difícilmente superables), el derribo de ese avión ruso con unas 240 personas (creo que ISIS lo han reivindicado), o el atentado en Turquía durante la manifestación Kurda, 103 muertos también.
Desde estas páginas de M.H. mi más sincero pesar por tantos fallecidos y heridos por esa “ideología asesina” que no busca nada más que el fin de hacer daño y la destrucción, además del dicho “que la violencia, genera más violencia”, e incluso más xenofobia por parte de aquellos radicales irracionales que generalizan y meten en el mismo saco a personas con grandes virtudes y pacíficas totalmente junto con los terroristas y eso no es justo, entre otros/as a usted le digo Marine Le Pen. En ese mismo momento de los atentados, Un camarero francés-musulmán de uno de esos locales asaltados (Safer) salvó a dos mujeres cuando estando heridas, las arrastró hasta el sótano evitando su muerte. Gracias y gran ejemplo Safer, pero, desgraciadamente, los ultraderechistas xenófobos no te lo reconocerán.
Siendo terrible todo lo anterior, quiero recordar también a esas más de 1.300 víctimas que en apenas una docena de años de violencia machista (mayormente) nos han “facturado” como recibo a nuestra ignorancia silente, y en no pocos casos, complaciente, ya que estas víctimas son consideradas en determinadas circunstancias como de “segunda clase”, cuando lo cierto es, que el terror no entiende de circunstancias personales, sociales o económicas. Como todos los cobardes, atacan allí donde creen que les es más fácil, donde las defensas están más bajas o donde nadie ve porque nadie mira….
Todas estas muertes violentas son tan dolorosas, injustas y crueles como las demás, aunque por desgracia, más cotidianas. Escribiendo esto desgraciadamente, es muy posible que se haya incrementado el número de víctimas en cualquiera de los casos. Vaya por delante mi pésame a todas aquellas personas que ven truncados sus sueños por la pesadilla que otros han “fabricado”. Considerar que tan solo las mujeres asesinadas por sus verdugos-parejas son las víctimas de esta clase de terrorismo no solo es un error, sino una muestra de que nuestra ignorancia es directamente proporcional a nuestra estupidez, ya que se nos olvidan los cientos de niños que sufren en silencio los malos tratos recibidos por sus madres, sino también por ellos mismos. Además de eso, muchos maltratadores siguen teniendo derecho de visita sobre los hijos de sus víctimas (me niego a calificar como “padre” a alguien por el simple hecho de inseminar a otro ser), así como a conservar la patria potestad, o incluso a solicitar su custodia.
Mención aparte y tristemente honorífica merece el Sr. José Manuel Castelao Bragaño, hasta hace bien poco presidente del órgano asesor perteneciente al Ministerio de Empleo, por su incalificable y famoso comentario de que “las leyes son como las mujeres, están para violarlas”. Abogado de profesión este energúmeno personaje, supongo que durante las clases que se impartieron sobre derechos humanos en su facultad, este individuo debía encontrarse en la “caverna”, o se ausentaba voluntariamente.
Hay que educar en igualdad, y eso va más allá de obligar a todos a hacer su cama, va desde no decir que “el papá colabora en casa” sino que “realiza sus tareas”, hasta el exilio de frases ofensivas como “mujer debías de ser” que son caldo de cultivo para esos parásitos. Recuerdo también una “triste y famosa sentencia” que decía algo así como “esa presunta violación se produjo por la provocación de esa mujer al llevar la falda muy corta” (si no fue así, sería algo parecido y el señor juez se quedó tan a gusto el muy “macho”).
Termino y pido a los actuales y futuros gobernantes se apliquen sin descanso en la erradicación de este gran problema de la violencia de género. Como bien decía Eleanor Roosevelt: “Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu permiso”, no se lo concedamos de antemano, y por supuesto, acabar también con todo tipo de terrorismo individual o colectivo y que paguen solo los culpables, descartemos la xenofobia generalizada.
