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La perspectiva de Nezar

Eurovisión: del espectáculo al esperpento

El pasado sábado tuvo lugar entre las nueve y las doce y media de la noche el famoso Festival de Eurovisión. Yo por casualidad lo vi en casa y la verdad es que me siento contento de que Portugal ganase dicho premio, porque considero su actuación como un mero hecho de protesta, precisamente a la forma en que se concibe dicho evento.

El Festival de Eurovisión nació en la Década de los Cincuenta para unir a Europa culturalmente, para que los europeos nos conociésemos mejor y todos tarareáramos una canción durante los meses de verano de un país que lo más probable no fuese el nuestro. Algo que implicaba conocer un estribillo en otro idioma e interesarse más por dicho país ganador y dicha cultura.Además de conocer en cierto modo el sentir de los ciudadanos de ese país…Connotaciones políticas, ¡claro que las hubo! Todos unidos frente a los países comunistas, pero la intención sencilla de la creación de dicho festival, estaba bien.

Ahora el evento se ha convertido en un montón de países, que algunos, ni son europeos. Y por si fuera poco, casi todos los países cantan en inglés, porque es el idioma de la música joven y el idioma más hablado en Europa. Todo ello, con la intención de ganar ¡cloro está!…Y eso que los británicos ya tienen su festival de la Commonwealth y ya han decidido largarse de la Unión Europea.

Un festival éste, donde con tantas aspiraciones feministas actuales, donde el cuerpo femenino no debe de usarse como mercancía, las mujeres de físicos espectaculares mandan, y lo mismo digo del físico masculino, que desde mi perspectiva, en este festival no se queda atrás. O sea, machismo a gogo. Culto al cuerpo, a la imagen y a todo lo que no debería de ser arte, sino márketing…Voces que podrían ser de ópera; más o menos para que yo tararee en este verano la canción ganadora. Y unas puestas en escena de efectos especiales que marean…Yo creo que incluso marean a quien está actuando. Y es que este “esperpento” se ha convertido en ver qué país llama más la atención.

Y la atención se llama mostrando quien tiene la cantante con los senos más grandes, la más guapa de cara, el chico más guapo y si uno es gordo tiene que cantar ópera…Ni qué decir tiene si un hombre tiene voz de hombre, cuerpo de mujer y barba, como un año que también lo vi. Ese sujeto ganó, como no podía ser de otra manera…Más llamativo que eso…
Pues bien, el pasado sábado llegó un cantante portugués, que no era guapo, muy delgado, de salud delicada, con barba poco poblada y vestido de todos los días. Se colocó en medio del escenario, carente de efectos especiales. Solo con la luz central que le enfocaba. Cantó una bella melodía compuesta por su hermana ysu actuación arrasó.

El cantante portugués, antes de repetir la actuación ganadora, aclaró que la música era para sentirla, nada más. Y es que todo indica que los aficionados eurovisivos se han olvidado de eso. Se trata solo de escuchar una canción bonita para que el resto de Europa la recuerde. Como dijo el conocido poeta español, Juan Ramón Jiménez: “No la toques más que así es la rosa”.

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