«El presidente Mohamed es un enamorado del baloncesto, y gracias a su apoyo y, por supuesto, a personas que hay detrás conseguimos el exitoso premio de jugar contra los mejores de Marruecos, en la Excelent División”. «Realmente, me siento muy orgulloso de recibir un premio tan importante y rodeado con deportistas tan consagrados en Marruecos. Fue un momento muy importante para mí que nunca olvidaré, me sentí muy valorado y muy feliz”. Hoy tenemos un ‘Poste Alto, Poste Bajo’ diferente, hoy no vamos hablar ni de LEB Oro, ni de alternativas defensivas y tampoco del melillense Alejandro Alcoba, hoy el protagonista es otro melillense que está triunfando en la máxima división marroquí de baloncesto, en la ciudad vecina de Nador.
Es un melillense nacido en Madrid pero con DNI 45 millones, cumplirá el 20 de abril 56 años, trabajador de la Autoridad Portuaria, casado y padre de dos hijos, entrenador de formación. Por sus manos han pasado jugadores melillenses importantes como Kemel Al-Hammouti, Jesulín, Nacho Suárez, Agustín Alemán, Pablo Segura, Nacho Velázquez, Felipe García y un sinfín de jugadores que han llegado alto en el baloncesto nacional. Actualmente, entrena en la Primera División Marroquí con el Ithri de Nador y ha sido el técnico que ha devuelto a la categoría que se merece. Hablamos de Joaquín Rodríguez Bayón, conocido en Melilla como Quino Rodríguez, y es en la actualidad el entrenador en activo más veterano de nuestra ciudad.
No ha tenido la oportunidad aquí en su tierra y ha aprovechado la ocasión de poder seguir entrenando en el país vecino y allí está triunfando. En Nador es una persona importante, donde la prensa nadorense le ha reconocido la trayectoria de cuatro años que lleva en la localidad vecina.
Juanma Pastor: ¿Con qué edad empezaste a jugar a baloncesto y con qué edad decidiste dedicarte a la formación?
Quino Rodríguez: Yo empecé a entrenar en mi colegio de crío y tuve de compañero a Javier Imbroda, Chemari Cobrero, etc. Tuvimos a un gran entrenador, Damián Caneda, que fue el responsable y culpable de amar a este deporte y de meternos el gusanillo. Hubo un momento que compaginaba ambas cosas, jugaba pero a la vez dirigía a mis compañeros en la pista y me sentía con alma de entrenador. Era un jugador grande físicamente pero limitado. Me encanta la formación, me divierto entrenando y he dirigido desde minibasquet todas las categorías y ahora también en Nador. Decidí colgar las botas a los 23 años, más o menos, y pasar a la acción de técnico con Emilio de Juan y empecé a trabajar con las categorías inferiores de La Salle. Llevo ahora por circunstancias algo desligado a las categorías locales, pero siempre que puedo me paso a ver al menos las finales. Lo bueno de todo esto son los amigos que ganas, gracias a este maravilloso deporte.
J.P.: ¿Después de esa etapa de formación, tuviste la oportunidad de entrenar en algún equipo en categoría nacional?
Q.R.: Si, en la Primera División con Juan Granda de ayudante, en la antigua Segunda División lo que es ahora la Liga EBA y en algún que otro equipo como el de Formación Profesional.
J.P.: De eso hace ya más de una década, ¿actualmente ha tenido ofertas para llevar o estar en el cuerpo técnico de algunos de los equipos de la ciudad en categoría nacional?
Q.R.: Bueno, yo siempre digo que las plazas están muy bien cubiertas ahora mismo, somos pocos y hay que reconocer que ahora el Melilla Baloncesto apuesta por un entrenador melillense, y gracias a esa apuesta con Alejandro Alcoba conseguimos el ansiado ascenso. Ha sido el técnico que logró el histórico ascenso a la ACB y ha sido un melillense, estoy orgulloso de ello. Es difícil saltar de categoría y no sabemos cuándo será el siguiente. Cuando pasen unos años valoraremos lo que logró el melillense Alcoba.
J.P.: ¿Cuándo y cómo recibes el interés del club marroquí de tus servicios?
Q.R.: Fue un poco casualidad. En primer lugar, me hicieron una oferta para el equipo de Primera División, pero por problemas personales no pude. A los dos años este conjunto ocupaba la última plaza en la Segunda División y me llamaron para reflotar la nave, y esa temporada mantuvimos la categoría. A la campaña siguiente el equipo desaparece por problemas económicos y dejamos de entrenar. Al cabo del tiempo, y en una charla casual, decidimos sacar un equipo en Tercera División y una semana antes de empezar la liga planificamos la plantilla. Ese año ganamos todos los partidos y subimos a Segunda División. Nos animamos y al siguiente curso ascendimos a la máxima división que ellos la llaman la Excelente División. A todo esto también hay que decir que el presidente Mohamed es un enamorado del baloncesto, y gracias a su apoyo y, por supuesto, a personas que hay detrás conseguimos el exitoso premio de jugar contra las mejores escuadras de Marruecos.
J.P.: ¿Cómo te desplazas diariamente para entrenar a Nador?
Q.R.: Es muy fácil y, al final, le echas menos horas a un equipo en Marruecos que en tu propia ciudad. Entrenas, vuelves a casa y desconectas. Me lo hacen muy fácil, voy a la frontera de Barrio Chino y hay un chófer esperándome. Esta desconexión ha sido clave para estar tantos años en Nador.
J.P.: ¿Cómo ves y cómo valoras al baloncesto marroquí?
Q.R.: Es diferente, reconozco que aún no saben qué camino coger, porque su legislación deportiva no acaba de finalizar y de concretar para crecer, pero tienen muchísima afición, muy entregada a su equipo y muy pasionales. Hay pabellones que están llenos y algunos equipos de Liga LEB desearían acaparar tantas personas en un recinto cerrado. Es cierto que faltan instalaciones descubiertas y este detalle limita mucho para trabajar con las categorías inferiores.
J.P.: Gracias a ti que estás en Marruecos y debido a las pocas oportunidades que tienen los chavales de Melilla para disputar minutos con el equipo de formación de la ciudad, como es el Enrique Soler, ha habido jugadores que se han ido contigo para disponer de esa limitación para con los jugadores melillenses, ¿esos jugadores han jugado contigo?
Q.R.: Son jugadores que me han servido de mucho para llevar la filosofía de juego que quiero impregnar allí. El baloncesto marroquí y el europeo están a años luz y que vengan jugadores, como Nabil Maach, Samir Dris, Kemel Al-Hammouti, y el entrenador Yemel Azmani han hecho muy llevadera la formación que desde el cuerpo técnico hemos querido imponer. Hemos conseguido hacer una mezcla entre el baloncesto europeo y el marroquí importante para obtener los resultados conseguidos. Estamos intentando que con el tiempo tengamos el cien por cien de jugadores locales.
J.P.: ¿Cuántos melillenses hay jugando en la máxima división marroquí?
Q.R.: Tenemos a Kemel Al-Hammouti y a Samir Dris. Nabil Maach ha estado jugando en Segunda División. pero ahora está en el Enrique Soler.
J.P.: ¿Qué futuro tenéis actualmente en esta liga nueva para vosotros y a la vez tan competitiva?
Q.R.: Ahora mismo estoy conociendo la categoría, todo ha ido muy rápido, ha sido ascenso por año y estoy viéndolas venir. Hemos consensuado entre el presidente y yo no volvernos locos en fichar por fichar y queremos formar a jugadores para que, por si no mantenemos la categoría, nos garanticen una estabilidad para volver a dar el salto a la liga Excelent. Por circunstancias, estamos en periodo aún de planificación de plantilla, ya que varios jugadores han tenido mejores ofertas y nos han ‘abandonado’, pero hay tranquilidad por parte del club y eso me da mucha estabilidad. Tenemos un equipo muy joven y no tengo a gente veterana, que son los que te garantizan la categoría. Por ponerte un ejemplo, el jugador Mirza Bulic, que juega actualmente en Huesca, fue uno de nuestros referentes, pero al final el mercado es el mercado y los jugadores buscan contratos buenos.
J.P.: Gustavo Aranzana estaba en Tánger, ¿tuviste oportunidad de hablar con él cuando os enfrentasteis?
Q.R.: Pues no intercambiamos palabras, no tuve ningún trato con él. Imagino que estaba presionado, ya que el equipo que tuvo era muy caro y actualmente ya no está con Tánger. Yo hago esto por hobby y otros dependen del deporte para vivir.
J.P.: Háblanos de la afición de Nador, ¿cómo es y cómo actúa en los partidos?
Q.R.: Es una afición muy divertida, pasional y te regañan cuando pierdes y te adoran cuando ganamos. Es una afición que cualquier equipo de España la quisiera y muy entendida, que venimos arrastrando desde Tercera División y ahora tenemos gente muy joven y nueva que está aprendiendo. Es una actividad más para ellos de diversión.
J.P.: La figura del entrenador español está muy valorada a nivel mundial, ¿te has planteado que la selección marroquí se fije en ti?
Q.R.: Jajajaja, primero tengo que consolidarme en la categoría, llevo el equipo de Nador porque vivo en Melilla y vivo cerca. Es verdad que algún equipo me ha llamado, doy las gracias pero no atiendo ofertas. Tengo una vida, una familia y es lo más importante como para cambiar de vida. Mi momento de profesional ya pasó y ahora es como cambiar de barrio para entrenar.
J.P.: Después de tu experiencia en Marruecos, ¿lo valoras cómo un trampolín para volver a tu ciudad y llevar alguno de los dos equipos de baloncesto?
Q.R.: Parto de la base que los entrenadores que tienen tanto el Enrique Soler como el Melilla Baloncesto lo están haciendo muy bien, tanto Javi Nieto como Alejandro Alcoba. Entrenar en casa es cómodo, pero mi disponibilidad horaria es escasa y hace años que se me acabó la ilusión por entrenar en Melilla. Me lo estoy pasando muy bien en Marruecos y me divierto. Aspiro en seguir creciendo como equipo y en clasificación. Con esto me conformo. Invito a los melillenses a acudir a Nador a ver un partido, es una pasada
J.P.: Te hicieron un reconocimiento por parte de la prensa de Nador a un trabajo de cuatro años, ¿cómo se siente uno cuando lo valoran de esa manera?
Q.R.: Realmente, me siento muy orgulloso de recibir un premio tan importante y rodeado con deportistas tan consagrados en Marruecos. Fue un momento muy importante para mí que nunca olvidaré, me sentí muy valorado y muy feliz.
Sr. Quino Rodríguez, ha sido un placer conocer el mundo del baloncesto de Nador a través tuyo y, sobre todo, nos sentimos muy orgullosos como melillenses que esté triunfando.
