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Empeoran las condiciones higiénicas y sanitarias de la plaza de toros para los algo más de 250 inmigrantes acogidos

Los trabajos de mantenimiento que se llevan a cabo en las instalaciones de la plaza de toros están resultando del todo insuficientes para poder solventar las muchas deficiencias que se siguen sumando y que complican, de por sí, las condiciones higiénico sanitarias de los más de 250 inmigrantes confinados en estas instalaciones, con cuartos de baño donde no hay agua caliente, ni zona de comedor o dormitorios en los que es difícil protegerse de las bajas temperaturas. El cierre fronterizo y las medidas de control para frenar los contagios por convid han obligado a las autoridades locales a seguir manteniendo la plaza de toros como centro de acogida provisional de inmigrantes desde comienzos de la pandemia, a pesar de las quejas de los vecinos de la zona que hasta llegaron a realizar una recogida de firmas pidiendo su cierre alegando a motivos de seguridad.

Problemas
Pero los problemas, que no tardaron en aparecer desde el momento de la ocupación, no han hecho sino mantenerse y agravarse con el tiempo, en especial desde que el 17 de diciembre se confinó el recinto por la aparición de 44 casos positivos: 35 de ellos en la zona conocida como CETI, y 9 en la zona de mujeres, de las cuales seis han sido trasladadas al Centro COVID de la calle General Polavieja. El confinamiento se alargará en principio hasta mediados de la próxima semana.

Aunque el número de residentes se redujo antes del confinamiento con la salida de un grupo de subsaharianos a la península, lo cierto es que los que ahí quedan se enfrentan a problemas como que la zona de duchas que utiliza la mayoría no cuenta con agua caliente. Hay zonas en las que han desaparecido los lavabos y hay personas que se asean sin importarles que el agua llegue a los pasillos donde se sitúa las literas. La eliminación del espacio de comedor obliga a los inmigrantes, que reciben la comida en bolsas, a tener que comer en los pasillos sentados en el suelo.

En no pocas ocasiones se producen cortes en el suministro eléctrico porque hay quienes trastean en el cableado eléctrico para poder calentar agua y tomarse un té. A todo esto, hay que añadir un insuficiente mantenimiento, y los problemas estructurales de un edificio antiguo que nació como recinto para espectáculos taurinos y que funciona ahora como centro para acoger a personas. La ocupación de la plaza no hizo sino crecer en los primeros meses, superando con creces las posibilidades de acogimiento por lo que incluso, en su momento, se tuvo que utilizar la zona de toriles, que es de tierra, como lugar donde alojar a más inmigrantes.

Confinamiento
El confinamiento actual de la plaza, por la aparición de estos casos de covid, está generando otro nuevo problema, y es que todos aquellos inmigrantes que acudían al recinto a dormir o alimentarse, ahora se encuentran en la calle y no pocos, con la llegada del frío, piden que les permitan entrar en el recinto, algo imposible en estos momentos por la cuarentena a la que se enfrenta.

También se presenta complicada la situación para los ex menores extranjeros no acompañados, aquellos que al cumplir los 18 años deben abandonar los centros de acogida y que si hasta hace unos meses podían ingresar en la plaza de toros mientras se resolvía su situación legal, con la cuarentena, se ven imposibilitados de acceder a estas instalaciones.

No existen cifras oficiales sobre cuántos ex tutelados y marroquíes indocumentados deambulan por las calles de la ciudad al no disponer del último recurso de la plaza de toros como espacio en el que guarecerse, pero sí que se suele ver a jóvenes pedir dinero en los semáforos o junto a establecimientos de alimentación, como bien reflejan las quejas ciudadanas en las redes sociales.

Residentes
En la plaza, entre tanto, se reparten, en espacios acotados, algo más de 190 marroquíes y de otras nacionalidades que no han podido o no han querido regresar a su país en la última apertura de la frontera; una veintena de mujeres y otra veintena aproximada de inmigrantes subsaharianos que se espera, paulatinamente, puedan salir de la ciudad. La Ciudad Autónoma pretende clausurar la plaza de toros, sin que haya puesto fecha por el momento, pero sí que no se aceptarán a nuevos residentes incluso una vez superada la cuarentena. Entre tanto se acumulan los problemas en un recinto que, la propia secretaria de Estado de Migraciones, Hana Jalloul, admitió sentirse "consternada" por las condiciones en la que se encontraba cuando lo visitó en julio.

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J.A.M

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