El Puerto de Melilla se verá sometido en breve a una reordenación de sus espacios interiores con un claro objetivo: renovarlos y revitalizarlos dando un mayor empuje a su zona industrial y comercial. Para ello, reducirá su recinto aduanero, que actualmente se extiende a todo el puerto comercial, salvo la terminal de pasajeros, lo que impide dar una mayor flexibilidad al acceso de personas al resto de espacios. Este proyecto supondrá una inversión de 938.079,12 euros, cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), y un plazo de ejecución de las obras de seis meses.
Según ha informado la Autoridad Portuaria de Melilla en una publicación del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, la intención es segregar el recinto aduanero actual y obtener uno nuevo de dimensiones más reducidas y una zona industrial/comercial de acceso restringido con mayor flexibilidad de acceso.
De este modo, se pondrá fin a la configuración actual del puerto melillense, que “ha tenido un impacto desfavorable en el desarrollo de actividades comerciales que requieren acceso público, como oficinas e instalaciones industriales y comerciales, entre otras”. El objetivo es permitir una mayor flexibilidad en el acceso de personas a la zona industrial y comercial que se generará en el Puerto de Melilla, logrando así su revitalización.
Una de las claves será conseguir una “separación nítida” entre el recinto aduanero y la zona comercial/industrial. Para ello, el proyecto contempla mantener el acceso que hay a través de La Florentina como punto de entrada a los recintos aduaneros e industriales/comerciales, pero llevando a cabo una reorganización integral.
Ello incluye controles adecuados para vehículos y peatones como barreras, lectores de matrículas y tarjetas, entre otros. El proyecto también presta especial atención al diseño de los carriles de acceso, la urbanización y la señalización, manteniendo la caseta de control de entrada que existe ahora.
Eso supondrá acciones como la reorganización de la infraestructura vial, la implementación de controles de acceso y el establecimiento de límites de los recintos, es decir, creación de nuevos carriles diferenciados para acceder a cada espacio, además de otro específico para vehículos pesados.
Además, también se va a estrechar la mediana actual y a eliminar la rotonda en la entrada del paso de La Florentina, así como a ajustar la acera del edificio de control para sustituirla por otra más estrecha que funcionará como separación entre las vías de acceso y el estacionamiento.
Otra de las actuaciones contempladas en el proyecto, además de una nueva señalización horizontal y vertical, es la demolición de la rotonda del paso de La Florentina para permitir giros directos para acceder al muelle Ribera I, tanto si se procede desde la entrada al paso de La Florentina como desde la zona de contenedores. De igual manera, se permitirá el acceso al control de salida y a la zona de contenedores desde el muelle Ribera I.
En cuanto a la zona de contenedores y Muelle Nordeste III, la organización del tráfico en estas áreas se logrará a través de señalización horizontal y vertical, sin necesidad de realizar modificaciones en el pavimento existente.
Controles de acceso
El objetivo de esta obra es flexibilizar el acceso a la zona comercial. Para conseguirlo, se demolerá parcialmente una sección de la acera del edificio de control, y también la rotonda que hay tras el puesto de control de La Florentina.
En la sección de talleres se establecerá la salida de la zona comercial, lo que conlleva la instalación de un nuevo punto de control de acceso, que incluirá barreras, lectores de matrículas y cámaras, entre otros dispositivos.
Este control de acceso se complementará con la construcción de una caseta de vigilancia prefabricada para la Guardia Civil, que estará equipada con todos los servicios y conexiones necesarios para garantizar su funcionamiento adecuado.
Espino y concertina
El proyecto refleja la instalación de un nuevo vallado de seguridad de 3 metros de altura, equipado con alambre de espino y concertina, que sustituirá al actual, de las mismas características, y que se utilizará para separar completamente la zona comercial/industrial y el recinto aduanero. Para facilitar el acceso, se incorporarán dos puertas. La puerta de entrada será automática, con una longitud de 14 metros y una altura de 2,40 metros.
También habrá una puerta peatonal con cerradura y un lector de tarjetas integrado en el vallado que permitirá la salida peatonal de la zona comercial en caso de que las puertas principales estén cerradas.
“Este proyecto representa un testimonio del compromiso y apoyo financiero de la Unión Europea para fomentar el desarrollo regional y la modernización de infraestructuras críticas en Melilla”, subraya la Autoridad Portuaria en su publicación.
