Llevan desde el año 2014 en el Hotel Nacional. La estancia de Yonaida, Ibrahím y sus cuatro hijos no seguirá siendo subvencionada por la Consejería de Bienestar Social, que propone a la familia que se marche al albergue como alternativa. Los nervios se apoderaron durante la mañana de ayer de la habitación 104, donde se atrincheraron los padres por temor a ser desalojados. Cuando los agentes de la Policía Local llamaron a la puerta para informar de que debían abandonar
«Tenemos miedo a salir de la habitación y que nos dejen en la calle», aseguraba Yonaida desde el balcón. Esta madre, su marido Ibrahím y sus cuatro hijos de 12, 11, 7 y 2 años llevan desde el año 2014 ocupando las habitaciones 102 y 104 del Hotel Nacional. Fue la Consejería de Bienestar Social la que sacó a esta familia de una plaza de garaje en la que permaneció durante cuatro meses tras ser desalojada de una vivienda en Las Palmeras.
«Hace una semana me dijo mi asistenta social que ya no nos iban a pagar más el hotel, que tenemos plaza en el albergue. Pero nosotros no queremos ir allí, ese no es lugar para una familia», explicaba la madre a MELILLA HOY. «Si nos echan de aquí nos iremos a la Plaza de España, pero al albergue no nos vamos a ir», aseveraba.
El miedo a quedarse en la calle les ha llevado a atrincherarse desde ayer en la habitación 104. Por la mañana recibieron la visita de la Policía Local. El marido, preso de los nervios, llegó a advertir a los agentes de que tenía una botella con gasolina para quemarse a lo bonzo si intentaban expulsarlos de la habitación.
Los agentes tuvieron que tranquilizar al matrimonio y aclarar que, por el momento, no podrían proceder al desalojo por no tener autorización judicial. «La Policía nos ha dicho que los del hotel nos pueden denunciar si no abandonamos las habitaciones o si no nos hacemos cargo del pago, pero nosotros no nos vamos a ir», compartía Yonaida momentos después de que se fueran los agentes.
La PN toma declaraciones
La Policía Nacional también acudió al establecimiento para tomar declaración tanto a los propietarios del hotel como a la familia que se resiste a marcharse del establecimiento. Los responsables del Hotel Nacional ayer todavía no habían decidido si emprenderían acciones legales contra Yonaida e Ibrahím, según trasladaron a este diario.
«Nosotros entendemos a los dueños del hotel, ellos no tienen ninguna culpa. La culpa es de la Ciudad, que se ha querido lavar las manos con nosotros», sostenía Yonaida.
Según explicaba la madre, ella no tiene trabajo y su marido trabaja como autónomo en un puesto del rastrillo vendiendo ropa deportiva. La única ayuda que reciben, según ponía de manifiesto, es la del comedor. «Y solo al mediodía», apostillaba. En este sentido, el matrimonio aclaraba que tampoco es fácil vivir durante años en habitaciones de hoteles. «Aquí no se está bien, pero el albergue es mucho peor», lamentaba.
«El pequeño de dos años no sabe lo que es una casa. ¿Es que mis hijos no tienen derecho a una vivienda digna?», preguntaba la madre con la voz quebrada tras una mañana con los nervios a flor de piel.
Ventura: “Están intentando presionar”
El responsable de Bienestar Social, Daniel Ventura, tachó de «lamentable» la actuación del matrimonio. «Están intentando presionar para conseguir su objetivo, conseguir una vivienda de Emvismesa», puso de manifiesto. El consejero aseguró que se puso en contacto de forma personal con inmobiliarias hace unos meses para que alquilasen una vivienda a esta familia. «Ellos mismos son los que rechazaron la oportunidad de estar ahora en una casa», aseveró Ventura. Asimismo, defendió que desde la consejería les están ofreciendo un alojamiento alternativo en el albergue, donde disponen de comedor durante todos los días de la semana, según recalcó. Al respecto, añadió que Yonaida, Ibrahím y sus cuatro hijos llevan cerca de 3 años alojados en el Hotel Nacional. «Creo que es tiempo suficiente para encontrar una casa de alquiler», sentenció. En este sentido, argumentó que la Consejería de Bienestar Social no podría afrontar «eternamente» la estancia de esta familia en el establecimiento hotelero debido a su elevado coste.
