El Gobierno de Juan José Imbroda no se siente aludido por la protesta que este miércoles han llevado a cabo vecinos y comerciantes del Rastro debido a la obra que se está llevando a cabo en la calle García Cabrelles y que se prolonga desde hace más de un año. “Esa concentración es con efectos retroactivos para protestar por una obra que hizo y diseñó el gobierno anterior”, provocando “una tardanza y un desastre” debido a su “planificación”, ha aclarado Imbroda.
El actual presidente melillense ha recordado que su Gobierno lleva apenas 80 días trabajando y se está dedicando a “poner orden en el disparate monumental de urbanización en la zona del Polígono”. Porque, como ha señalado Imbroda, esa actuación se tenía que haber ejecutado por tramos en vez de abrir a la vez toda la calle, de manera que “está todo inutilizado”, dando lugar a un mayor perjuicio y molestia a todos los que viven y trabajan en el barrio.
Imbroda ha dejado claro que el anterior gobierno también pretendía hacer lo mismo con la obra de General Margallo, algo que el actual Ejecutivo ha evitado parando el proyecto y llegando a un acuerdo con la empresa adjudicataria para dividirlo en varios tramos, de manera que “influya negativamente lo menos posible”.
Y lo mismo ha hecho en la calle General Marina, que el anterior gobierno “abrió todo a la vez” y ahora se ha dividido en tramos, de manera que el primero pueda acabar este mes y el segundo se va a intentar que esté para Navidades.
Por todo ello, ha lamentado que quienes se han concentrado para protestar por las obras del Rastro no lo hicieran seis meses atrás, cuando estaba el anterior gobierno. Y ha insistido en la voluntad de diálogo del Gobierno actual a través de su portavoz y consejera de Cultura, Fadela Mohatar, que “ha hablado constantemente con los señores de aquella parre que han querido hablar. Ella es mujer, pero representa al Gobierno, es consejera”, ha dejado claro Imbroda.
Por todo ello, ha insistido en que no se siente aludido por la protesta. “Al revés, vamos a hacer un barrio precioso y la calle Margallo va a quedar bien. La plaza del Rastro, donde había un proyecto feísimo, vamos a ver de qué manera podemos darle la vuelta”, ha insistido.
Compensaciones
Asimismo, ha asegurado que “se han acabado en Melilla las obras que se eternicen”, habida cuenta que se van a hacer “por partes”. A ello se une el trabajo que ha empezado a hacer ya el Gobierno melillense para un programa de subvenciones que permita compensar a los comercios y empresas que se vean afectados por las obras por el descenso de sus ventas provocados por la responsabilidad de la Ciudad Autónoma en las obras que realice.
