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El desembarco de Alhucemas, mi visión

Desembarco de Alhucemas

Por Gonzalo Fernández

En la conferencia internacional de Algeciras del año 1906, se acordó el reparto de Marruecos en dos zonas de protectorado, una para Francia al sur, y otra para España al norte, para apoyar al Sultán en el control de  la estabilidad en la zona. Además, se conseguía alejar a Alemania del norte de África.
El reparto de zonas fue muy favorable a Marruecos, ya que la parte sur de Marruecos era la más rica y sus pobladores, árabes, menos dados al conflicto. La zona española era más pobre y sus pobladores, los rifeños, mucho más belicosos, como los acontecimientos posteriores demostraron ampliamente.
Los problemas empezaron muy pronto en el que posteriormente fue el objetivo del desembarco de Alhucemas, Axdir. La ferocidad de los rifeños, el nulo respeto a las leyes de la guerra, los asesinatos a sangre fría de miles de prisioneros desarmados y la crueldad con que los trataron aún después de muertos, de los que Abdelkrim, el líder rifeño, nunca quiso hacerse responsable, sumado a la falta de lealtad de muchas cabilas, que cambiaban de bando según quien fuera el posible vencedor, hizo que la pacificación del territorio asignado a España se convirtiera en una dura guerra.
Quiero resaltar aquí el horror, la indignación, que sufrí cuando alguien publicó en este periódico su deseo de que se pusiera en Melilla una estatua a Abdelkrim. Dada la extrema crueldad, repito, de las harcas bajo su mando, sería como sugerir que se instalara una estatua a Hitler en Israel. Mi comentario puede parecer duro, pero desde luego es mucho menos cruel, terrible y sangriento que lo que Abdelkrim hizo con las tropas españolas. Si así lo quisieran, podrían poner la estatua en el Rif, aunque dudo mucho que pudieran llevar a término su proyecto, por razones obvias.
Tras el desastre francés en el ataque de Abdelkrim contra las posiciones del río Uarga, el gobierno francés ya no ve la guerra en el Rif como un asunto exclusivo de España, provocando así Abdelkrim la colaboración entre ambos gobiernos y dificultando las posteriores acciones rifeñas.

El triunfal desembarco de Alhucemas
Este exitoso desembarco constituye la primera operación combinada y conjunta de la historia militar, con la participación de dos países y el empleo del ejército de tierra, la armada y la fuerza aérea. También aportó enseñanzas técnicas de enorme importancia militar, como el modo en que se debería efectuar la carga en los buques y lanchones para facilitar el apoyo a las tropas en tierra. Además, es el primer desembarco anfibio de este tipo en la historia, abriendo el camino a posteriores desembarcos, como el famoso de Normandía en la Segunda Guerra Mundial.
De nuevo quiero resaltar ahora una conversación que tuve con el Editor de este Periódico, en la que ambos coincidíamos en el enorme defecto español de resaltar nuestros fallos o derrotas, pero no hacerlo con nuestras virtudes o victorias. El desembarco de Alhucemas debiera ser magnificado en nuestra historia como el enorme éxito que fue y la innovación que requirió, en vez de resaltar siempre las anteriores derrotas sufridas.
 
El cannabis
Un muy experto en el tema del cannabis me hace comentarios sobre mi artículo del pasado jueves, que reproduzco en su integridad. Dado que el idioma de trabajo del autor es el inglés, he realizado correcciones sobre algunos pequeños errores de sintaxis cuando dificultaban la comprensión del texto, dejando otros tal y como los escribió
“Lo único que comentaría es que el THC sí parece tener un efecto sinergético con el CBD, especialmente en el control del dolor. Y en lo referente al tabaco y el alcohol yo escribí: “ambos tienen un mayor potencial de causar enfermedades graves y la muerte, pero son socialmente admitidos, quizás porque falta la información necesaria.» Él, por el contrario, afirma: ”La falta de información no es la causa. Realmente es un producto de inercia social, debido al consumo extensivo antes de que supiéramos lo dañinos que podrían ser. En el caso del alcohol, ya ves qué pasó en Estados Unidos cuando intentaron prohibirlo. Y en el caso del tabaco, en principio ni podían prohibirlo por el poder del lobby del tabaco en su momento. Luego ya se dedicaron a campañas antitabaco extensivas. El cannabis, en contraste, está prohibid, pero como consecuencia directa de la intervención del gobierno americano haciendo todo lo que estaba en su poder para marginar lo más posible a los hippies y parar la revolución cultural de los 80s. Al pintar el cannabis como una droga super dañina, contextualizan al grupo que la consumía en más grandes cantidades como de indeseables.”

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Redacción

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