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EL COMENTARIO: ESPAÑA Y MARRUECOS

Reyes de España y Marruecos

Por: ABDELUAB MEHAMED MAANAN. VICEPRESIDENTE DE LA COMUNIDAD MUSULMANA DE MELILLA

Nadie duda  que  desescalar  la  crisis abierta entre España y Marruecos, para nuestros intereses  de ciudad es  una prioridad vital que, no solo  toma rango de importancia a nivel de conflicto local, sino que  puede,  en sus  deriva, llegar a tener repercusión geoestratégica global, por muy pequeña que  sea nuestra ciudad. Por ello, revertir  una  crisis  abierta desde un flanco de la política  internacional entre dos países, hacia los parámetros  de  normalidad, es ahora, más que nunca  un proyecto de todos; donde tanto el gobierno y  como la ciudadanía, deben de demostrar una   añadida  sensibilidad y visión hacia la realidad que nos configura como pueblo.

Y esta realidad no es otra que  una  sociedad   marcada por dos culturas, somos la fusión y la riqueza de dos pueblos  amigos en la historia, se quiera o no, seamos realistas, somos un pueblo hecho  a dos velocidades   con dos expresiones que nos unen, que nos conforman, somos españoles sí, pero no podemos obviar que la gran mayoría  de este pueblo tiene ascendencia y una herencia de cultura marroquí, porque así la geografía  y la  propia realidad humana ha diseñado nuestra realidad de pueblo, por ello debemos de creer en nuestros valores y en la aportación de lo que somos, como creen los andaluces  en la herencia de su propia  historia, convirtiendo a Andalucía en una atractiva pasión de culturas, que con orgullo, lo muestra al mundo  como su mejor tesoro. Melilla no puede ser menos, ni reprimir lo que  en esencia es, desde  siempre  hemos convivido culturas  y pueblos y, con sabiduría, hemos compartido paso a paso nuestro devenir con aciertos y desaciertos, pero siempre,  después,  hemos avanzado cogidos de la mano hacia lo que hoy, somos  en nuestro presente. Y en nuestro presente, vivimos una crisis que requiere de  tacto y sutileza para su buena gestión, no caben pronunciamientos por parte  de responsables institucionales marcados por el acento del rechazo indiscriminado, ni tampoco la agitación por parte de quienes promueven inseguridad.

Por ello, como ciudad necesitamos encontrar y ser un punto de inflexión para esta crisis abierta  entre España y Marruecos, necesitamos  como pueblo que se configura en la herencia de dos grandes culturas, revertir nuestra situación de aislamiento con respecto  a nuestro entorno geográfico circundante. Y  para ello, nuestra actitud importa, por ello deberíamos de reflexionar sobre la idoneidad o no de  nuestra  entrada  en la Unión Aduanera o,  sobre la implantación del Frontex en nuestra ciudad. Cierto, podemos optar por ello  pidiendo visados   o no pidiéndolos, eso  es fácil  solo basta decidirlo, pero ¿sería útil  y practico  tomar  esa medida, cuando sabemos que tal decisión supone subir un paso más en la escalada  abierta de esta crisis?

 De darse ese paso la respuesta es clara: Jamás tendríamos una frontera abierta en la que  se pueda dar la posibilidad, ni por asomo,  de pedir o no pedir visado , sin valorar lo que adicionalmente, pueda contener esa respuesta.

A todo esto, encontrar un camino capaz de  desconexionar  nuestra  realidad local  de la  compleja crisis  abierta,  nacida de  un flanco muy lejano y ajeno a nuestra posición como ciudad, es sin duda  un ejercicio  de máxima  prioridad, y del que  nuestro gobierno debe  de  tener una actitud encaminada hacia la búsqueda de  los caminos más idóneos para nuestra estabilidad y no para  subir un nuevo peldaño en esta escalada.

El pasado día 27  de junio hemos vivido en nuestra frontera cerrada, tanto  en un lado  como en el otro,  un ejemplo de  inquietud ciudadana que  tiene varias lecturas, pero es preciso que hagamos la más adecuada, y que pensemos que los lazos culturales, afectivos  e históricos  de  un pueblo no pueden ser  sesgados por decreto.  Nuestra realidad  de pueblo, como herederos de dos culturas,  invita  al dialogo, al encuentro y a la hermandad compartida. Nuestro Gobierno Central debe de ser  consciente  de  este llamado, Marruecos debe de ser también  consciente  de  este  llamado, ambos gobiernos  deben de buscar una solución pactada para nuestra ciudad, al margen de la problemática suscitada que dio inicio de esta crisis, porque tanto Ceuta como Melilla, son dos criaturas, culturalmente, hijas de de dos grandes naciones: España y Marruecos.

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Redacción

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