Queda por agregar un elemento importante como es el gigantesco y, en este caso sí, espectacular belén que se inaugurará mañana miércoles y que, sin duda, se trata del exorno callejero más comentado y visitado de las fiestas navideñas melillenses. Aquellos que han logrado como días de asueto del 2 al 6, lo denominan puente de la Constitución, mientras que quienes han optado por el período vacacional del 8 al 11, lo llaman puente de la Inmaculada. En ambos casos, un paréntesis en el trabajo, en la antesala de la Navidad, uno de los acontecimientos religiosos junto a la Pascua y Pentecostés, más relevantes del año para el calendario cristiano
Ya es habitual que en este largo puente de la Constitución y de la Inmaculada, se produzca uno de los tradicionales éxodos vacacionales hacia Marruecos y la Península. En 2014, la masiva marcha dejó a los restaurantes y bares melillenses funcionando a medio gas. Pero, también es cierto que un año después y a pesar de que el éxodo se volvió a producir, la situación cambió de manera evidente.
No obstante, en los últimos años, aunque la tónica general pase por una desbandada de melillenses viajeros, los que se quedan responden de manera cambiante. En este 2016 se ha registrado de nuevo un vacío generalizado en los establecimientos de hostelería y aunque el número de residentes en Melilla que no han viajado sea similar al de años anteriores, lo cierto es que la climatología no ha acompañado para disfrutar de esas jornadas soleadas y cálidas que suelen ser frecuentes en la ciudad. Aunque también es cierto que a esa alegría no está contribuyendo, una edición más, la iluminación pública navideña, como han señalado ya algunos melillenses. Tanto la Plaza de España luce las mismas guirnaldas de luces en los ficus de los últimos años y continúan los mismos Reyes Magos sobre la Biblioteca Pública. O sea, más de lo mismo, y si se han introducido algunas variaciones de adornos lumínicos son tan irrelevantes que no se han notado. De un lado, se agradece que no se hagan inversiones desproporcionadas, pero no estaría tampoco mal optimizar los recursos con cierta imaginación para que lo novedoso sea motivo de halago. También se agradecería algún que otro complemento musical, en determinados lugares y horas no molestas, para incrementar ese ambiente festivo navideño.
No obstante, queda por agregar un elemento importante como es el gigantesco y, en este caso sí, espectacular belén que se inaugurará mañana miércoles y que, sin duda, se trata del exorno callejero más comentado y visitado de las fiestas navideñas melillenses. Un sensacional belén que la Ciudad Autónoma instala desde hace cinco años en el foso del Hornabeque, un entorno que le confiere un elemento ornamental añadido. Un belén, en el que este año, además, se han introducido importantes novedades que los organizadores no han querido desvelar, aunque hemos podido indagar que se incrementará el número de actores figurantes, de animales vivos y todo ello enmarcado en un nuevo diseño con el que Festejos pretende que forme parte del ranking de los mejores del país.
No cabe duda que el pasado año fue el atractivo navideño de la ciudad por excelencia, con más de 75.000 visitas, una cifra que superó en más de 30.000 a las recibidas la edición anterior. Esperemos por tanto que al menos el “nacimiento” oficial contribuya a sacar a la calle durante el período festivo al mayor número posible de ciudadanos y que animen con sus compras el débil consumo que, a tenor de los comentarios recibidos, está experimentando, en general, el comercio local.
