Un matrimonio marroquí ha sido detenido por intentar introducir en Melilla a un inmigrante en el interior de un doble fondo habilitado bajo el asiento trasero del vehículo en el que viajaban, con el que pretendían pasar a nuestra ciudad por el paso fronterizo de Beni-Enzar. La pareja, para dar apariencia de normalidad y no levantar sospechas, viajaba con su hija, menor de edad, que ha quedado a cargo de unos familiares tras la detención de sus padres. El inmigrante, un subsahariano que dice proceder de Guinea Conakry, requirió primeros auxilios porque presentaba respiración agitada y no se podía mantener en pie tras ser rescatado por la Guardia Civil. Según informó la Comandancia de la Guardia Civil en una nota de prensa, los hechos ocurrieron el pasado miércoles por la tarde, sobre las 19.00 horas, cuando un vehículo Fiat de matrícula marroquí se disponía a pasar a Melilla procedente de Marruecos ocupado por su conductor, acompañado por una mujer y una menor de edad.
La actitud nerviosa del conductor y de su acompañante hizo sospechar a la Guardia Civil, que inició el reconocimiento del vehículo mediante la máquina detectora de ritmo cardiaco, que dio resultado positivo. En ese momento, se realizó un exhaustivo reconocimiento en el interior del habitáculo, donde se apreciaban signos de manipulación de los asientos traseros.
El doble fondo estaba bajo el asiento trasero, donde habían practicado un hueco para albergar a personas, y en su interior se halló a un inmigrante que fue rescatado y auxiliado a salir de tan infrahumano habitáculo, según informó ayer el instituto armado.
Primeros auxilios
El subsahariano, un varón joven indocumentado, que decía proceder de Guinea Conakry, presentaba un mal estado generalizado, con respiración agitada por la falta de aire y falta de fuerzas. De hecho, no se podía mantener en pie, aunque tras los primeros auxilios administrados se logró su estabilización sin que fuese necesario la atención por los servicios médicos y su estado de salud es bueno.
Los detenidos son un matrimonio de nacionalidad marroquí de 39 y 38 años, con residencia en su país de origen. Para no levantar las sospechas de los agentes, esta pareja quiso dar una apariencia de normalidad como una familia que llegaba a la ciudad de visita junto con su hija, menor de edad.
Ambos pasaron ayer a disposición judicial como supuestos autores de un delito contra los derechos ciudadanos extranjeros. Su hija quedó a cargo de unos familiares.
