Un abogado español del Comité René Cassin ha presentado una denuncia ante el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD) de la ONU para denunciar la “discriminación directa” que, según asegura, comete el Estado español sobre los inmigrantes subsaharianos al impedirles ejercer su derecho al asilo como sí se permite a los ciudadanos sirios. El escrito, al que ha tenido acceso MELILLA HOY, está firmado por el letrado Alberto J. Revuelta, que acusa a España de “violación del derecho a la no discriminación por motivos de raza e incumplimiento de las obligaciones derivadas de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, ratificada en la Asamblea General de la ONU en diciembre de 1965, y en vigor desde cuatro años más tarde. El abogado presenta este escrito en representación del inmigrante de Malí Abdoulaye Mara, que intentó entrar de forma irregular a Melilla el 11 de marzo de este año, con 22 años recién cumplidos, con la intención de pedir asilo. En el escrito, Revuelta Lucerga cuenta con el testimonio de este joven inmigrante, que fue uno de los subsaharianos que formaban parte del grupo de 100 que trató de llegar a España aquella madrugada saltando la valla cerca del paso fronterizo de Beni-Enzar.
Este maliense, que llevaba viviendo algunos meses en los campamentos del monte Gurugú, se quedó encaramado durante varias horas en la zona alta de la valla. Según el abogado que lo representa, gritó de forma reiterada “a los oficiales” que quería pedir protección internacional. “Yo asilo, yo asilo”, chilló varias veces este inmigrante, que siguió expresando su deseo tras bajar de la valla “y pisar territorio español”. Pero “a pesar de su expresa petición, es detenido y maniatado por agentes de la Guardia Civil, que lo conducen inmediatamente hacia una puerta que sirve de paso hacia territorio marroquí”, asegura el abogado en esta denuncia.
“Abdoulaye es devuelto de forma inmediata, sin trámite, procedimiento ni asistencia de ningún tipo”, continúa explicando Alberto J. Revuelta, que contrapone esta situación a la que tienen otros inmigrantes, “en especial los sirios, a quienes les es permitida la entrada sin restricción alguna a través de los puestos fronterizos”.
Según asegura el letrado en el informe, son medio centenar de sirios los que entran cada día con su pasaporte para pedir asilo, mientras a su representado, que es de nacionalidad maliense, se le dio “un trato excluyente, diferencial e injustificado, encaminado a impedir el goce de su derecho de asilo en igualdad de condiciones”.
Entrada ilegal, la única alternativa para el subsahariano
Por ello, el letrado del Comité René Cassin asegura que los inmigrantes subsaharianos no tienen acceso a las nuevas oficinas de asilo inauguradas por el Ministerio del Interior en marzo y “su única alternativa es la entrada ilegal a Europa”, ya sea saltando la valla, en patera o cruzando el Estrecho.
Esta situación es, como denuncia el abogado, todo lo contrario de lo que sostuvo el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, pocas semanas antes de inaugurar las oficinas de asilo en las dos ciudades autónomas, cosa que ocurrió el pasado mes de marzo.
“'A sensu contrario' quedará muy claro que los que intenten entrar ilegalmente a España, a la UE y al espacio Schengen a través de los perímetros fronterizos de Ceuta y Melilla no son personas que en principio tengan derecho a esa petición de asilo y de protección internacional, porque lo podrán ejercer a través de esas oficinas en los pasos fronterizos”, dijo el ministro.
“Pese a las declaraciones del Ministro del Interior español, a los ciudadanos subsaharianos solicitantes de asilo no se les presenta otra alternativa que la entrada ilegal, que de modo colectivo es repelido por las fuerzas marroquíes y españolas”, responde el Comité René Cassin en su escrito. En él, denuncia que “los rechazos en frontera se aplican sin atender a posibles solicitudes de asilo” y existe “un trato excluyente, diferencial e injustificado en contra del ciudadano maliense”.
Por ello, concluye que el Gobierno español “incurre en una discriminación directa” ofreciendo un “trato desigual” a los inmigrantes que quieren ejercer a su derecho al asilo, distinguiendo por “aspectos de raza, origen y color de piel”. En este caso concreto de Abdoulaye Mara, “no sólo conlleva el menoscabo del derecho de asilo y tutela judicial, sino también acarrea una lesión del derecho a la dignidad humana y la integridad de la persona”, dado que tras su entrega a las autoridades marroquíes, le “infligieron tratos degradantes”.
Normas internacionales
Según el Comité René Cassin, asociación sin ánimo de lucro que presta asistencia jurídica en defensa de los derechos fundamentales, esta diferencia de trato entre sirios y subsaharianos a la hora de acceder a las oficinas vulnera diferentes normativas. Concretamente, la Convención Internacional sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial, la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, el Protocolo de Nueva York de 1967, el Protocolo número 12 del Convenio Europeo de Derechos Humanos y la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, todos ellos referidos a la prohibición de la discriminación.
Denuncias anteriores
No es la primera vez que surge esta polémica respecto a la inaccesibilidad de los subsaharianos a la oficina de asilo, donde de las 2.200 solicitudes de protección internacional que se han tramitado en 3 meses (3.600 desde septiembre en total), ninguna es de inmigrantes subsaharianos.
Diferentes ONG e incluso partidos políticos de la oposición han mostrado su preocupación al respecto. También el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que en declaraciones a MELILLA HOY explicó que aunque las oficinas habían supuesto un avance, son inaccesibles para inmigrantes de países subsaharianos como Sudán del Sur, la República Centroafricana y Nigeria, que son igualmente países en conflicto “que generan refugiados y que podrían estar en necesidad de pedir protección internacional”, pero “se ven abocados a saltar la valla”.
