En un mundo como el nuestro, suena a entelequia el querer apartar al Ejército mermándole su importante función constitucional y todo por un falso progresismo que es tan malo como los complejos de otros. El reto al que se enfrenta el Ejército es cambiante pero se centra en la guerra que inicio Al Qaeda o el Estado islámico de consecuencias aun imprevisibles y que afecta a cualquier parte del Planeta. Si unidos internacionalmente es posible ser mas fuertes también es cierto que debemos tener la preparación más actual en España frente a algo que ya está dentro. El fanatismo tiene elementos de exclusión, odio y discriminación que construido por el mal solo sabe sembrar muertos y heridos, destrucción y atraso en cualquier lugar aunque en unos más que en otros. Pero tampoco podemos dejar de obviar que si tienen medios estos grupos terroristas es por el maldito tráfico de armas. Enriquecerse a costa de muerte es deplorable y perseguible penalmente, ahí los países deben combatir también para que cerrado el grifo de suministro también pongamos fin a la lista creciente de muertos. La importante labor que desarrollan las misiones internacionales de paz entre las que España participa merece el reconocimiento de todos. Su Majestad el Rey D. Felipe VI, recordó en la Pascua Militar que “el terrorismo ataca sin escrúpulo en cualquier lugar y son muchas las naciones cuyas sociedades sufren con frecuencia su vileza y ensañamiento”. “No debemos escatimar esfuerzos por aumentar nuestra capacidad de prevención y de respuesta ante esta lacra que pone en peligro a nuestra sociedad, desprecia nuestros valores democráticos y es un enemigo de la humanidad. Tenemos la obligación de hacer cuanto esté en nuestras manos”. Y ahora, de nuevo, el líder de Al Qaeda Central, Ayman Al Zawahiri, ha lanzado por sexta vez una nueva amenaza contra nuestra nación al ordenar a los miembros de su banda que luchen para acabar con la usurpación española de Ceuta y Melilla. Equipara la situación con la de otros lugares ocupados por apostatas en Oriente próximo y en Asia. Aunque expertos le dan poca fuerza militante al haber sido restada por Estado Islámico nunca debemos despreciar a alguien que solo sabe sembrar destrucción. Ceuta y Melilla tienen que tener representación en las reuniones de alto nivel con Marruecos, merecen toda la atención por su innegable valor geoestratégico y mayor seguridad últimamente reclamada por sus poblaciones ante el aumento de la delincuencia o la mayor presencia de menores no acompañados en sus calles, además de unas comunicaciones del siglo XXI que aporten una estabilidad y progreso a quienes aquí vivimos. Perdernos en otras cosas es vender humo y tirar el dinero. Como recordó en el Palacio de Oriente el Rey el día 6 ante nuestros Ejércitos tomando las palabras de D. Quijote: “Las armas tienen por objeto y fin la paz, que es el mayor bien que los hombres pueden desear en esta vida”.
