Leyendo la noticia de los futuros cambios de algunos nombres de calles en nuestra ciudad, concretamente la de José A. Primo de Rivera, inaugurada con su nombre el 18.12.1940, por la que algunas personas están solicitando el cambio de su primitivo: “Conde del Serrallo”, debo decir que puede que alguien, con todos sus derechos, solicite igualmente por el que figuró en la II República, como fue: “Alcalá Zamora”.
La verdad es que todo este tema de nombres de calles es un poco latoso y aburrido. Si hemos estado durante 40 años leyendo los nombres de los conmilitones de Franco, traidores al Gobierno de la República, en muchas esquinas de la ciudad, qué más da unos meses más. Como saben, desde hace luengos años, yo vengo reivindicando la retirada de Napoleón de la Falda de Camellos, por el nombre de mi profesor de música D. Julio Moreno, profesor que enseñó ese bello arte a cientos de niños melillenses, en el que yo, humilde pero orgulloso, me encuentro; que por el espacio en estas páginas no voy a hacer un panegírico de su vida, pero si las autoridades me lo solicitan, que no les quepa duda alguna que gustosamente se la haré, ya que no fue ningún mindundi, sino un hombre honrado, lleno de altruismo hacia los demás. También, y por enésima vez, yo le pregunto a la persona responsable de la “Cosa Culta”: ¿Qué hace aun Napoleón a pocos metros de Daoíz y Velarde?, (lean el 2 de mayo de 1808 en la Guerra de la Independencia). ¿Por qué sigue Franco de Comandante a la entrada del Puerto, y el mamotreto del León, en la Avenida?.
En fin yo, si me lo permiten, quisiera aportar mi granito de arena, en forma de opinión. Verán: Isabel II, la de los “Tristes Destinos”, “la Reina Castiza”, o “la Isabelona”, le comentó al diplomático León y Castillo, sobre su marido, Francisco de Asís, que era primo suyo: “Que voy a decir de un hombre que en la noche de bodas llevaba en su camisa más bordados que yo en la mía”. Una copla popular decía de Francisco de Asís: “Gran problema es en las Cortes/ averiguar si el consorte/ cuando acude al excusado/ mea de pie o mea sentado”.
Valle Inclán en “La Corte de los Milagros”, describe a ésta reina: “La Católica Majestad, vestida con una bata de ringorrangos, flamencota, herpética, rubiales, encendidos los ojos del sueño, pintados los labios como las boqueras del chocolate, tenía esa expresión, un poco manflota, de las peponas de ocho cuartos”. Los hermanos Gustavo Adolfo y Valeriano Bécquer, también publicaron un libro, con dibujos pornográficos, sobre Isabel II y sus amantes, titulado: “Los Borbones en Pelotas”. Gustavo Adolfo es el que describe, en versos, las distintas secuencias pornográficas, y Valeriano el que las dibujó.
Bueno, pues ésta “pepona de ocho cuartos” de Valle Inclán, cuando se encontraba en el lecho para parir a su hijo Alfonso XII, muy temerosa le preguntó a su médico comadrón, el riojano Tomás Eustaquio del Corral y Oña, si lo que iba a alumbrar, era varón o hembra, ya que los anteriores partos habían sido niñas y algunos abortos. El médico le contestó, seguramente para conformarla, jugándosela a cara o cruz, que era un niño, y el buen hombre acertó. Entonces, de la alegría de haber parido un varón, que iba a ser su sucesor en el trono, nombró al galeno: “Marqués del Buen Acierto”.
Por eso yo creo que si al retirar a José Antonio de esa céntrica calle existe algún problema en la elección del nombre a colocar del republicano D. Niceto Alcalá Zamora, o del Conde del Serrallo, pues que pongan, aunque sea con un título más modestito, por ser marqués, en el escalafón de la nobleza, al “Marqués del Buen Acierto”, ya que fue una reina Borbón la que lo nombró. Y así los vecinos de Melilla se enterarían quién fue ese señor que estuvo tan “acertado” en la predicción del sexo del tatarabuelo del actual Felipe VI.
Es mi opinión.
