Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

El rincón de Aranda

Cartas desde La Purísima LIII

melillahoy.cibeles.net fotos 1617 Juan Aranda web

La “Carta” de hoy la escribe un Primer Teniente de Infantería, y dice así: “Queridos melillenses: Me llamo Miguel Domingo Muro, y soy Primer Teniente del Bon. de Infantería Tarifa nº 5. Les estoy escribiendo cerca de la fila 4, nº 5, donde se encuentran mis restos, en el Panteón de Héroes, de este precioso camposanto.

Nací en Burgos, el 17.06.1874, hace ahora 132 años. También les diré que estoy casado. Ingresé en el Ejército, en 1890, con 16 años. El 20.09.1909, los moros me mataron de un balazo en la cabeza, en Taxdir, junto al Soldado, Victoriano Fernández Santos, perteneciente a mi misma compañía y batallón. Éste muchacho cayó de dos balazos en el pecho. Nació en un pueblecito de Toledo que el pobre, ni se acuerda del nombre. De lo que si recuerda a cada instante es de que guardaba un buen rebaño de cabras; y siempre pensando qué hará ahora su madre, que ya era viuda cuando a él le tocó en sorteo incorporarse al Ejército, en Melilla. Victoriano me comenta que de vez en cuando debo colocarme en el pecho, las dos Cruces de Plata, la del Mérito Militar, y la de Cuba; condecoraciones que obtuve por mi comportamiento en el campo de batalla. Yo quisiera compartir alguna de ellas con él, porque fue el que me recogió en esos peñascos, mientras se le escapaba, por el pecho, su joven vida; y siempre lo rechaza: “Por Dios, mi Teniente, si son suyas y no mías”. Hace unos días me presentó a un soldado, que dice que nació en un pueblo de Sevilla; pero cuando éste me dijo que era soldado del Rgto. de Infantería de Brabante, y que cayó al pie del Torreón de la Florentina, el 13.02.1775, casi no lo podía creer. Cómo era posible un soldado, que lo mataron cuando yo nací, esté con nosotros charlando tan tranquilo. Dijo llamarse, José Palomino, y que viene de vez en cuando, desde la Iglesia de la Concepción, de visita para hablar con todos los que estamos enterrados en estos patios. La verdad es que entre estos dos infantes, me encuentro tan a gusto que me da un poco de pena tener que dejarles a ustedes, no sin antes rogarles que cada vez que visiten a sus deudos, recen una pequeña oración por nosotros, ya que siempre las escuchamos, con toda nuestra devoción. Reciban un fuerte abrazo”.

Deben saber que es mi deseo escribir estas humildes “Cartas”, intentándo hacerlo con limpia prosa, labrada y constelada de estrellas, para que penetren en cualquier verso que se le dedique a nuestros Héroes. Pero, ¡ojo!, los versos deben ser de cristal transparente, que brillen, y se vean por todas las partes de donde se miren. Yo, que no me considero poeta, creo que a la salida del Cementerio, en lo alto de la escalinata, debajo de la campana, debiera de haber un cuenco de plata, para depositar las lágrimas de penas, y que luego, con ellas, fueran regadas las flores de la Gloria, de los Héroes, y de nuestros deudos, que descansan en esos silenciosos patios. La verdad es que se lo merecen.

Loading

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€