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El Candil

Cada vez lo entiendo menos

Cuando leo la prensa de MELILLA HOY en día, me quedo catatónico y no sé si es que ha pasado el tiempo de tal estado crítico o es que aquí todo es embarrar lo que se hace. No digo que los políticos sean nefastos, incluyendo a la oposición esa que no quiere enterarse siendo minoría, inclusive con "sus"ongs, las que hacen más politiqueo que racionalidad ¿altruista? en los intereses de los ciudadanos. Otra cosa es la demagogia sobre derechos obviando las obligaciones para con los votantes; hay algo consustancial con el voto y no es otra cosa que el respeto a la voluntad del mismo y su fin de gobierno, sostenibilidad y amparo para con toda la sociedad española. Y esto no quiere decir que cuando unos usos de derechos, por muy humanos que se entiendan, corrompen, agreden, destruyen y vician las formas promulgadas como derechos directos nacionales y en consecuencia como portadores de nuestra voluntad en el voto democrático de nuestro País, deban ser desbordados por intereses foráneos o internos, esgrimidos por los quebradores de la normativa nacional y constitucional, como casta de los miserables. Bien es verdad que, dentro de los derechos y obligaciones de los ciudadanos, debiera de haber un plus de derechos por el simple hecho de ser cotizante al mantenimiento o heredad durante años del Estado Español. Otra cosa es que, en base a la liberalidad de la logia europea no seamos capaces de rectificar; ejemplo tenemos de las fronteras, de la ley del menor y cómo no de la pena máxima para los asesinos, y no estamos hablando de homicidio casual, sino de abusadores que llegan al asesinato, porque éste no es casual nunca, es siempre consecuencia de una intencionalidad arraigada en los fondos amorales del individuo con todos sus riesgos ejecutores de una acción o actividad contra derecho. El abuso, la violación y parricidio, más aún con el asesinato sea o no sangrante y con ensañamiento, hoy por hoy, no tienen ni pena ni castigo tal como corresponde al que quita la vida por acción voluntaria y propia sin intermediar un echo de trastorno aleatorio, y aún se puede considerar que dentro de ese trastorno existirá siempre la intencionalidad, porque sin ella no puede existir la acción criminal. Ejemplo lo tenemos en el reciente hecho criminal de los dos octogenarios por dos ejecutores menores de 14 años y algún otro por inductor de 16. Y no digamos de los anteriores de la familia Quer, del Castillo, Cortés, Palot, Alcásser y así tenemos más de 100 casos sin resolver, donde la palma se la lleva la Comunidad de Valencia.

Nuestro voto tiene que ser respetado por la política y más aún nuestra integridad nacional y personal, sino ¿para qué votamos?… para tener que aguantar un desmán político como el de los separatas y sus Más puigdemont (con minúscula) con estafas al Estado Nacional del 3 y 4% y lo del Palau. Esperemos que el peso de la Ley sea total por derecho constitucional. Y aquí no caben los trapicheos políticos, hay una sola integridad nacional democrática, y punto.

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