Ayer se terminó con ese bloqueo porque ya se pueden comprar los billetes para viajar hasta el 15 de septiembre con los horarios que había antes de que entrara en vigor el nuevo contrato marítimo el 1 de mayo. La diferencia es que los barcos ahora son mejores que los que había en el anterior contrato adjudicado por el PSOE, lo que supone un salto cualitativo enorme aunque algunos se empeñen en seguir negando la evidencia Trasmediterránea, al fin, puso ayer a la venta la temporada de verano recuperando los horarios que siempre han guiado la operación de las líneas marítimas entre Melilla y la Península. Como ya anunció el Gobierno local a principios de esta semana, desde el lunes el barco a Málaga volverá a salir por la noche y regresará a primera hora de la tarde, más o menos al mismo tiempo que partirá el buque de Melilla a Almería. El regreso a nuestra ciudad será, como ocurría antes, de madrugada.
Con estos horarios se pone punto y final, en teoría, a meses de críticas y quejas de quienes no veían con buenos ojos el cambio de horarios que ha tenido toda la vida el transporte marítimo de Melilla, un tema que preocupa a todos porque es esencial para el desarrollo socioeconómico de nuestra ciudad, y también de los puertos con los que nos conecta. No hay más que observar las protestas y reivindicaciones que hubo en Motril hace unos meses como consecuencia de la adjudicación del contrato marítimo, y el eco que a su vez generó en Málaga y Almería por lo que podría afectarles la amenaza de paralización de sus líneas con Melilla. Está claro que los intereses son diferentes a ambas orillas, porque mientras en ésta se interpretan como el puente que necesitamos para movernos por nuestro país y para que nos lleguen mercancías, en el otro lado las líneas marítimas de Melilla equivalen a una fuente de ingresos en forma de tasas portuarias que paga cada uno de los pasajeros y vehículos que viajan en los barcos.
Otra prueba evidente de ello es que hace unos días, la prensa malagueña publicaba la incertidumbre que generaba el hecho de que los billetes para la Operación Paso del Estrecho no estuvieran disponibles. Un malestar derivado de la imposibilidad de comprar billetes, que a su vez se traduce en una falta de ingresos para los puertos. Peor, sin duda, ha sido para Melilla estas semanas de no poder comprar billetes a medio y largo plazo, más aún en la antesala del verano por la imposibilidad de que los melillenses pudieran hacer sus planes de vacaciones a medio y largo plazo, salvo con la Naviera Armas o las compañías aéreas, que llevan ya semanas con su temporada de verano a la venta.
Ayer se terminó con ese bloqueo porque ya se pueden comprar los billetes para viajar hasta el 15 de septiembre con los horarios que había antes de que entrara en vigor el nuevo contrato marítimo el 1 de mayo. La diferencia es que los barcos ahora son mejores que los que había en el anterior contrato adjudicado por el PSOE, lo que supone un salto cualitativo enorme aunque algunos se empeñen en seguir negando la evidencia. Y a ello se le añade, además, la buena noticia de los refuerzos con el barco rápido que Melilla recupera para tener más plazas y oportunidades para viajar. La mala noticia, sin embargo, la dio ayer también la Autoridad Portuaria en cuanto a los problemas que está teniendo el arranque de la línea que nos iba a conectar una vez a la semana con Francia. La entidad no fue muy explícita en cuanto a la causa del problema, pero lo importante no es eso, sino que pueda terminar solucionándose porque cuantas más puertas tengamos abiertas mejor para Melilla.
