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Columna Abierta

Bomberos de Melilla. El cuento de nunca acabar

Tras 11 años reivindicando mejoras en sus condiciones laborales, se está cada año más lejos de conseguir la ratio “legal” de 1 bombero por 1.000 personas. Los bomberos de Melilla cada vez tienen más trabajo. La ciudad ha crecido, con nuevos barrios, y además, tienen que atender al puerto y al aeropuerto, en donde también ha disminuido su propia plantilla.

Más trabajo, pero la plantilla operativa está compuesta por 68 bomberos y 10 mandos, un total de 78 personas para todos los operativos divididos en cuatro turnos, de los que hay que descontar dos bajas de larga duración y tres jubilaciones próximas. El resto de personas está formado más bien por mecánicos y oficinistas. Si tenemos en cuenta que las 85.000 personas no son todas las que viven en la ciudad, ya que Melilla cuenta al menos realmente, con 100.000 habitantes de hecho, al menos faltan 27 bomberos operativos si se quiere tener la ratio real de cualquier ciudad española.

El problema de la falta de personal
Si por desgracia en bomberos se recibe una llamada del aeropuerto por un accidente aéreo, como los que ya se han producido o por incidentes con aves en los aterrizajes, hay que esperar que no se produzca un incendio en una vivienda, porque quizás solo se pueda responder a la llamada del aeropuerto.

La Ciudad Autónoma les da la razón, pero se niega a resolver el problema
Al menos son dos consejeros, el Sr. Antón en marzo del 2010, y el actual consejero de Seguridad ciudadana, el pasado agosto, en este año, han dado la razón a los bomberos de Melilla en su larga serie de reivindicaciones, desde que en 2005 se desnudaron en la puerta de su cuartel, para protestar por sus condiciones laborales.

Pero el balance de los últimos 10 años es negativo, se contrata, pero menos de lo debido para mantener la plantilla de acuerdo a la población que tiene que atender, al tiempo que también se jubilan bomberos. Se ha creado una situación en la que la plantilla existente o acaba de entrar, o está cercana a la edad de jubilación.

La solución no puede esperar al año que viene. Incluso los servicios del mes que viene están en duda de que se puedan cubrir.

Las soluciones existen, solo hay que escuchar las reivindicaciones
Hace 6 años que se pidió un catálogo de “segunda actividad”, para poder reubicar a las personas que mermen en sus condiciones psíquico-físicas, lo que hubiera evitado ampliar la diferencia de edad en la plantilla actual.

El aumento de plantilla no solo se puede hacer por oposición. En amplios sectores de la administración pública se contrata “interinos”. Esperar al año que viene a que se convoquen oposiciones hace posible que los nuevos bomberos no trabajen hasta el año 2018. Hay plazas de oposición en la Ciudad Autónoma que se han anunciado, pero un año después no se han celebrado.

En cambio, la última oposición permite contratar a personas que han superado con creces todas las pruebas “con nota”, y no han podido acceder a la plaza. Sería suficiente con contratar “interinos” de la bolsa de aspirantes que aprobaron las oposiciones y se quedaron sin plaza, a la espera que se hagan las oposiciones, que cubrirían de forma permanente las vacantes.

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