Me lo ha traído a la memoria el colaborador de este Diario, Antonio Salido, en su artículo sobre la Semana Santa de los años 60 en nuestra Ciudad, publicado el Viernes.- ¡Menudas semanas santas eran aquellas, segúnrecuerdo yo. Ya formaba yo parte de la redacción de "El Telegrama del Rif", un par de años después "El Telegrama de Melilla”.
Era director Tomás Segado Gómez; redactor jefe, Fray González; redactores, Tomás Galbán, Norberto Delgado, Francisco Amores y Vicente Quero (¡chapó, todos ellos como profesionales!) y ayudantes de redacción, Paco Moreno Membrives y un servidor de ustedes…
Y en la Semana Santa del 61, informando de ella Norberto Delgado me dijo: "vente conmigo, ves cómo se hace la información, y así aprendes por si el día de mañana te toca a tí hacer el trabajo. Me pegué a él como una lapa y así empecé a rodarme de cera a ese día de mañana, hasta el 10 de Mayo de 1.984 en que cerró sus puertas aquel entrañable -al menos para mí- periódico que fundó en 1.902 D. Cándido Lobera Girela.
Eran unas semanas santas(¡y quienes las recuerden como yo saben que no exagero !) que el pueblo católico melillense las respaldaba cada día con su masiva presencia en los recorridos programados porque, entonces, la población, de unos 85.000 habitantes en su noventa por ciento era europea y, casi el mismo tanto por ciento católica practicante.- Y, por otro lado -no como ahoray,pocos eran los que se iban a la Península o a Marruecos…., quedándose en la ciudad para disfrutar de la belleza, brillantez, respeto y orden de todos los Pasos procesionales acompañados de las bandas de música Municipal -que dirigieron D. Manuel Macías y don Julio Moreno- y de la Comandancia General , junto a las igualmente militares de cornetas y tambores.
Tronos escoltados por escuadras del Ejército, de la Guardia Civil, todo un extraordinario desfile religioso que, proporcionalmente hablando, nada tenía que envidiar a bastantes de las procesiones que tienen lugar en importantes ciudades de la Península y, además como antes he dicho, arropadas por la mayoría de quienes habitaban entonces en aquella tranquila, sosegada, pacífica y envidia de feliz convivencia Ciudad de Melilla.- Que no con ello quiero desmerecer en nada a las semanas santas que celebramos en la Ciudad, no. Pero sí que eran algo diferentes que yo recuerdo con mucho cariño y añoranza. Lo que sí es cierto, Y no sé si de ello se habrán dando cuenta los melillenses, es que en el centro de la ciudad en días tan señalados y en el que se dan cita gran parte de la población para presenciar los desfiles de las distintas cofradías, difícil resulta, si se te apetece, es tomar un café, un refresco, un aperitivo, un helado mientras esperas el pasode los tronos y acompañantes, cuando antes, en esos años 60 y hastano hace mucho, teníamos el Bar Metropol en la Plaza de España, y el Cambrinus; en la Avenida, el Café Canarias, la cafetería-heladería "California), Confitería "La Palma"; Cafetería-Heladería "El Buen Gusto".- En Ejército Español teníamos la cafetería "El Pasaje", el Café-Bar "Los Candiles", Casa Solís, con sus bocadillos, "El Tropical Rudi"; en Cándido Lobera, "El Anthony", en Ejército Español, Bar Piscis, El Caballo Blanco, Bar Rincón,"El Caracol Moderno" , Bar Alhambra en la plazoleta de Castelar…Sin comentarios. Bueno sí, ahora todo son comercios y así se explica que ese centro, undomingo o un día festivo cualquiera a la hora que pases por él es un auténtico cementerio.- Todo esto último se le ha olvidado decirlo al amigo Salido.- Por eso, para los que no lo supieran, lo recuerdo yo gracias a que el, con su artículo, me lo ha traído a la memoria.
