Cuentan que uno que fue a pedirle a Antonio Cánovas del Castillo un titulo nobiliario, éste con su retranca andaluza, le contestó: “¿Tan mal le va a usted de villano que quiere ser caballero ?”. Como sabrán, Cánovas, hasta que el anarquista Anguiolillo lo mató en el Balneario de Santa Agueda, no perdió su gracejo castizo de esta tierra. Otra de sus anécdotas es la que protagonizó con Castelar cuando en una comida con otros políticos, alguien preguntó qué querrían ser de no ser españoles; Castelar contestó: “Yo, de no ser español querría ser ¡español!”, ahí, con dos cojones. Y Cánovas, terciando con su cachaza, le dijo: “Francamente, Emilio, no te creía tan modesto”. Como no se quedaba embarazada, el pueblo de Madrid le cantaba a la Reina consorte, María Luisa de Orleans (1662-1689): “Parid bella flor de lis/ que en la aflicción tan extraña,/ si parís, parís a España,/ si no parís, a París”. O sea que si no paría, ya podía estar haciendo las maletas, y largarse a París. ¿Sabían ustedes que el gobierno que se formó en la I República el 24.02.1873, por Estanislao Figueras, se le conoció por el “Gobierno de los Pájaros”?. Era debido a las onomatopeyas figuradas en la pronunciación de los apellidos de los nombres de los diferentes ministros, como: Francisco “Pi” y Margall en Gobernación; Juan “Tutau” y Vergés en Hacienda; Juan Cristóbal “Sorní” en Ultramar; Fernando “Chao” en Fomento, y José Carvajal y “Hué” en Estado. Otra anécdota curiosa es la que D. Francisco Javier Palacios y García de Velasco, Conde las Almenas, cuando en Septiembre de 1898 dijo en el Senado, a los militares: “Hay que arrancar muchas cruces y subir muchos fajines de la cintura hasta el cuello”. Entonces el General Correa le contestó: “Si el señor Conde de las Almenas tiene alguna faja debe llevarla, no al cuello como él dice para los demás, sino a su boca”. El General Arsenio Martínez Campos, que era el Presidente del Senado y sabiendo que el conde se iba a batir en duelo, llamó a personas de su confianza y les dijo: “Procuren ustedes que ese duelo se suspenda; pero si ello no es posible, procuren que se celebre por la tarde, a la hora de la sesión, porque en ausencia del conde podremos aprobar todo lo que tenemos pendiente”. Por lo visto el tal conde, en las Cortes, era una verdadera mosca cojonera, o mangangá. Cuentan que cuando el General Leopoldo O’Donnell mandó bombardear el Palacio del Congreso, inaugurado unos años antes, un cascote de metralla entró por la claraboya del techo, y Sagasta le dijo al Presidente que constara en acta. También cuentan que cuando el escultor Mariano Benlliure le enseñó a D. Práxedes el busto después de esculpirlo, y pedir su parecer, éste le contestó que “tenía un grave defecto”, quedando el famoso escultor un poco confuso, pero continuó diciendo que no iba a saber si la cabeza de Sagasta era la del busto o la que él llevaba encima de los hombros. En cierta ocasión, Gil Robles, Ministro de la Guerra durante la República, fue interrumpido por un contrincante político que le espetó: “Su Señoría es de los que todavía lleva calzoncillos de seda”; a lo que Gil Robles replicó: “No sabía que la esposa de Su Señoría fuese tan indiscreta”. Azaña, en carta a su cuñado Cipriano Rivas Cherif le decía: “Estos catalanes parecen chiquillos, y me dan mucho que hacer para traerlos al buen sentido”. Y anda que las meteduras de pata modernitas, no tienen desperdicio alguno, por ejemplo: el ex Presidente Aznar, tras recibir la Medalla de Honor de la Academia del Vino de Castilla-León, en una famosa bodega, dijo que la DGT no era quién para fijar cuánto vino se puede beber: “Eso es como los letreros que uno ve cuando pasa ahora por las autopistas y le dicen: ´No podemos conducir por ti, y yo pienso: y quien te ha dicho a ti que quiero que conduzcas por mí´?´; pues eso es lo mismo, quién te dicho a ti las copas de vino que tengo o no tengo que beber, déjame que las beba tranquilamente mientras no ponga en riesgo a nadie, ni haga daño a los demás”. Claro que le debieron recordar aquéllo que su gobierno colocó en muchos carteles en las carreteras, en los que se leía: “Si bebes, no conduzcas”. El otro ex, Zapatero, cuando era Presidente, en una rueda de prensa se confundió y dijo: “El turismo es un área económica preferente en la relación de España y Rusia, porque hay gran incremento de turistas españoles hacia Rusia. Hemos hecho ese acuerdo para estimular, para favorecer, para follar (sic)…..para apoyar ese turismo. ¿En qué estaría pensando este tío?. Y ahora el actual, “D. Tancredo” Rajoy, que se le olvidó cerrar el micrófono, y los medios de publicación pudieron grabar la conversación que mantenía con Javier Arenas, al que aseguró: “Mañana tengo el coñazo del desfile…..en fin, un plan apasionante”; y la Ministra Aida, con sus miembros y miembras (sic); y José Bono, buscando aliados políticos de altos vuelos, cuando llamó “Gilipollas” al Primer Ministro inglés, Blair. Y pata terminar ahí van unos versos que ese mismo pueblo de Madrid le dedicó al esposo de la Reina Isabel II, su primo Francisco de Asís de Borbón, que padecía hipospadia, una malformación de la uretra; no tenía el orificio de salida en el glande, sino en el tronco del pene, y ello le impedía orinar de pie: “Gran problema es en la Corte/ averiguar si el consorte/ cuando acude al excusado/ mea de pie, o mea sentado”. O este otro, con más mala leche aún: “Paco Natillas/ es de pastaflora/ y mea en cuclillas/ como una señora”. Yo pienso que leyendo estos pasajes de nuestra historia, los españoles, no tenemos arreglo: somos unos cachondos, mondos y lirondos.
