La Guardia Civil y la Policía Nacional han detenido en Melilla a los 7 miembros de un importante entramado delictivo dedicado a la venta de droga al menudeo, que llevaban a domicilio escondida en unos dulces de chocolate para evitar ser detectados, y para lo que utilizaban métodos como la “televenta” o “telepollo”. Estos siete individuos se encuentran ya en prisión provisional. Fueron detenidos en la denominada operación Cervera-Asfalto, en la que participaron alrededor de medio centenar de agentes de ambos cuerpos de seguridad, y que conllevó el registro simultáneo de cinco viviendas en Melilla.
En una nota de prensa, la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla, ha informado de que en este operativo, con la que se considera desmantelada la organización criminal dedicada al tráfico de drogas y distribución y venta al menudeo de cocaína, marihuana y hachís, también hay una persona investigada, además de los siete detenidos, todos ellos con antecedentes y un amplio historial delictivo.
Las investigaciones se iniciaron el pasado mes de febrero de este año, cuando la Policía Nacional y la Guardia Civil detectaron la existencia de un grupo organizado muy activo dedicado a la venta de sustancias estupefacientes en Melilla.
Al confluir las investigaciones de ambos cuerpos, el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y Crimen Organizado (CITCO) dispuso constituir un solo equipo conjunto para aunar los medios tecnológicos y humanos para la desarticulación del entramado delictivo.
Volteo
La droga que adquirían y distribuían la obtenían por diferentes medios, entre ellos “el del volteo”, que era el más usual de ellos para los productos cannábicos, de hachís o la marihuana, por el cual obtenían dichas sustancias arrojadas desde Marruecos por encima del vallado fronterizo, dado el cierre de los puestos terrestres.
Una vez recibida y manipulada para su venta, los distintos vendedores integrantes de la organización distribuían la droga bajo la supervisión de los líderes de organización, de nacionalidad española y marroquí, que residían en Melilla y controlaban escrupulosamente todas las fases en cuanto a la compra, traslado y posterior distribución se refiere, sin dejar ningún detalle al azar.
La organización desarticulada se dedicaba también a la venta de cocaína, para lo que contaban con un importante número de vendedores que facilitaban y distribuían las sustancias a sus clientes, provenientes de todos los estamentos sociales.
Para ello, utilizaban los métodos conocidos como “televenta” o “telepollo”, por el cual los clientes efectuaban llamadas telefónicas y en el argot solicitaban “un cuarto”, “medio “o “entero”.
Las entregas se realizaban a domicilio o en lugares previamente convenidos, donde hacían los pases muy rápidos y con absoluta normalidad, siendo más asiduos y frecuentes durante los fines de semana.
Para evitar ser detectados, tanto en el trayecto como en el punto de entrega introducían las dosis conocidas como “pollos” dentro de una conocida marca de dulces ovalados de chocolate, donde podían introducir hasta cuatro dosis en cada uno de ellos.
Fase de explotación
El 2 de diciembre tuvo lugar la fase de explotación con el registro simultáneo de cinco domicilios que constituían puntos de venta muy activos, operación en la que intervinieron más de 50 agentes de ambos cuerpos.
La investigación ha recaído en la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Melilla y el Grupo UDYCO del Cuerpo Nacional de Policía, auxiliados por otras unidades como el Servicio Cinológico, GRS y Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil y los Grupo de Delincuencia Urbana y GOES de la Policía Nacional.
Tras su puesta disposición judicial, los siete detenidos ingresaron en prisión este viernes.
En esta operación han sido intervenidos 82 gramos de cocaína, 100 gramos de hachís, 250 gramos de efedrina, 4 balanzas de precisión, 2.070 euros en efectivo, 2.700 Dirhams (270 euros) en efectivo, 22 vehículos (17 turismos, 2 camiones y 3 todoterrenos), 10 teléfonos móviles, material electrónico de última generación y documentación de interés.
Las siete personas detenidas y la investigada por presuntos delitos de organización criminal y contra la salud pública son de nacionalidades española y marroquí y cuentan con antecedentes y un amplio historial delictivo.
