Aunque ya llevaba unos días en Melilla para presentarse a sus autoridades y diferentes colectivos, no fue hasta ayer cuando el coronel Antonio Sierras Sánchez tomó posesión oficialmente como nuevo jefe de la Guardia Civil en nuestra ciudad. Y lo hizo en un acto de gran solemnidad, como nunca antes se había visto en una toma de posesión del mando de la Comandancia de nuestra ciudad, y ante la presencia del director general del Cuerpo, Arsenio Fernández de Mesa, entre otras muchas autoridades que acudieron al patio de la casa cuartel. Allí, con un discurso muy cercano y emotivo al recordar a sus seres queridos y un amor a la Guardia Civil que le viene de familia, el coronel Sierras prometió que durante su nueva etapa como máximo responsable del Cuerpo en Melilla no le faltarán lealtad, espíritu de servicio y sacrificio. Un compromiso en el que también quiso involucrar a sus guardias al recordar que todos son “importantes y necesarios”. Como ya ha mencionado en otras ocasiones, Antonio Sierras afirmó que ha asumido este puesto de forma voluntaria, “con ilusión y consciente de la complejidad de una ciudad” de la que dijo que ya está “enamorado”. Destacó la convivencia multicultural y su entorno geográfico, geopolítico y geoestratégico como factores que “la hacen especial y diferente” al resto de unidades en las que ha prestado servicio en sus más de tres décadas de carrera profesional en la Guardia Civil, “llenas de alegrías y satisfacciones”.
El nuevo coronel jefe dio las gracias por la designación y la confianza para tomar posesión de este puesto, para el que destacó sus anteriores destinos en unidades de Seguridad Ciudadana e Información, Policía Judicial, Fiscal y Fronteras, cooperación con otros cuerpos, asesoramiento y representación permanente ante la Unión Europea como “el mejor equipaje para este nuevo reto profesional”.
Sierras dedicó parte de su discurso para dar las gracias a su antecesor, el coronel Ambrosio Martín Villaseñor, “por el legado” que le otorga en forma de “eficiente organización” y “elevado espíritu de equipo y adecuadas capacidades”. También por el apoyo y amistad que dijo haber encontrado en él.
Los retos
En este punto, el nuevo coronel jefe explicó algunos de los retos que se ha marcado para esta etapa. La primera, que la acción de la Comandancia se sostenga en “la seguridad centrada en las personas, basada, como siempre ha hecho la Guardia Civil, en la primacía de los Derechos Humanos como elemento esencial y la legitimidad de las acciones mediante el respeto a la Ley, el orden y la dignidad humana”, así como la confianza, la participación ciudadana y la proximidad a la población.
Otros de los principios generales que mencionó como sus principales objetivos fueron la prevención como criterio básico de actuación y la cooperación en materias como la lucha contra el terrorismo, centrándose en la detección de procesos de radicalización, adquisición de información y seguridad y la gestión fronteriza como “firme defensor” que dijo ser “del concepto de gestión integrada de fronteras”. También la lucha contra la criminalidad transfronteriza y la cooperación con las autoridades policiales de Marruecos.
Afrontar esos objetivos, dijo, es imposible sin el esfuerzo, el compromiso y la dedicación personal de todos los guardias civiles que componen la Comandancia. A todos ellos quiso involucrar en esta nueva etapa, porque todos son “importantes y necesarios” y su unión “propiciará el triunfo sobre quienes perturban la paz y la tranquilidad de quienes viven en España”.
Además, les instó a que se sientan orgullosos y alegres por la confianza reconocida por la sociedad en el trabajo de la Guardia Civil, al ser ésta una de las instituciones más valoradas por los españoles.
También tuvo palabras de agradecimiento para quienes le acompañaron ayer, y lo han hecho a lo largo de su vida, entre los que destacó a sus seres queridos. Fue en ese momento, marcado por una enorme emotividad, cuando el coronel dejó ver su cercanía y admiración por los suyos, así como su “amor por el Cuerpo” heredado de su abuelo, el brigada Manuel Sierras.
Legalidad de las actuaciones
Tras el discurso del nuevo jefe de la Guardia Civil en Melilla, tomó la palabra el director general del Cuerpo, que se desplazó a Melilla junto al Mando de Operaciones de la Guardia Civil, el teniente general Pablo Martín Alonso, y el general jefe de la Zona de Andalucía de la Guardia Civil, Laurentino Ceña.
Fernández de Mesa defendió la legalidad de las actuaciones de la Guardia Civil frente a “épocas complicadas” en las que este Cuerpo ha estado en el punto de mira por su labor en la valla fronteriza.
Así, hizo varias alusiones a esa situación al agradecer de manera especial el trabajo que la Guardia Civil ha realizado a lo largo de los últimos cinco años, en los que “a pesar de las críticas y cuestiones que pueden traer al desánimo”, los agentes han “seguido manteniendo la moral alta para seguir cumpliendo con su obligación”. Fernández de Mesa tuvo ese gesto porque, como recordó, la labor del Instituto Armado ha permitido “mantener la integridad territorial de España y de Melilla, cumpliendo con el ordenamiento constitucional y las leyes que dimanan de un Gobierno legítimamente constituido”.
En este sentido, lanzó un especial mensaje de gratitud a quien ha estado al frente del Cuerpo en ese tiempo, el coronel Ambrosio Martín Villaseñor, de quien Fernández de Mesa dijo que “ha sabido estar a la altura de las circunstancias y, por encima de todo, cumpliendo y haciendo cumplir la legalidad vigente de acuerdo con la Constitución Española, con la Ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y, en todo caso, obedeciendo las órdenes del Gobierno”.
“Gracias, mi coronel, porque no han sido tiempos fáciles y has sabido mantener la moral y firmeza en todo lo que correspondía al servicio”, siguió diciendo el director general de la Guardia Civil, que animó a los agentes destinados en Melilla a “seguir trabajando de la misma manera” al mando del coronel Antonio Sierras, a quien dio la enhorabuena por su nombramiento al tiempo que le transmitió las “grandes esperanzas” que hay depositadas en su mandato.
Fernández de Mesa subrayó que con la toma de posesión del coronel Antonio Sierras, se reafirma su lealtad a la Constitución Española y al Estado, así como su compromiso de servicio a los ciudadanos. “Lealtad a una Constitución que implica lealtad al ordenamiento jurídico vigente”, insistió el director general haciendo hincapié en que “no corresponde a la Guardia Civil legislar”, ya que eso es responsabilidad de las Cortes Generales. “A los guardias civiles corresponde estar al servicio de la Ley, y eso implica estar al servicio del poder legítimamente constituido, al margen del color político”.
También recalcó que tomar posesión del mando de la Comandancia, como hizo ayer el coronel Sierras, es un gran desafío por lo que supone dirigir y gestionar las operaciones, el personal y los recursos del Cuerpo en una ciudad con una gran cantidad de singularidades. La principal, su enclave geográfico, que hace que el control de nuestras fronteras sea la tarea más importante y a la vez complicada a la que día a día se enfrentan los más de 600 guardias civiles aquí destinados, además de otros asuntos como el terrorismo yihadista o el narcotráfico.
La Guardia Civil, un “pronóstico feliz para el afligido”
Fernández de Mesa se refirió expresamente al control de la inmigración irregular, especialmente a las personas que intentan acceder ilegalmente a España vulnerando el perímetro fronterizo. Un trabajo muy duro para los guardias civiles que lo realizan porque son los primeros a los que les afecta la situación desesperada de los que vienen intentando llegar a un mundo mejor, huyendo de guerras y de pobreza. Y la Guardia Civil, cumpliendo escrupulosamente con la legislación vigente, tiene la misión de defender y proteger nuestras fronteras, por lo que Fernández de Mesa les trasladó todo su respaldo y apoyo.
Como ya hizo el coronel Sierras, Fernández de Mesa también incidió varias veces en su discurso en el hecho de que la Guardia Civil es la institución más valorada. A su juicio, eso es consecuencia de que el Cuerpo sirve a los ciudadanos desde hace 172 años, al margen del color del Gobierno de turno de cada momento, con total neutralidad y cumpliendo la legislación vigente. Esto es algo que sabe y aprecia la sociedad, que demanda que “la Guardia Civil siga siendo un pronóstico feliz para el afligido”, tal y como indica la cartilla del Duque de Ahumada, fundador del Cuerpo.
“Eso implica que cuando la Guardia Civil tiene que socorrer a quien lo necesite, lo hace sin fijarse en el DNI, el sexo, la raza, la religión o la militancia política o sindical”, señaló el director general. “Eso es lo que los españoles esperan de nosotros, mucho más allá de la crítica que cumpla y haga cumplir la legislación vigente”, agregó.
Numerosas autoridades
En definitiva, la relevancia que se le dio al acto de toma de posesión, junto con los discursos de Fernández de Mesa y el coronel Sierras, supuso toda una defensa a la legalidad de las actuaciones de la Guardia Civil, además de una puesta en escena de la importancia que este Cuerpo tiene para nuestra ciudad.
Hay que destacar que ayer asistieron a la ceremonia numerosas autoridades civiles y militares de Melilla, entre ellas el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, y el comandante general, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu. También las parlamentarias electas, María del Carmen Dueñas y Sofía Acedo, y representantes de todos los grupos de la Asamblea, el Gobierno local y la Administración Periférica del Estado.
Todos ellos siguieron con atención el acto, en el que se rindió homenaje a los que dieron la vida por España, y que finalizó con un desfile de las diferentes unidades de la Comandancia de la Guardia Civil, tanto a pie como en vehículos, en la calle donde se ubica.