Melilla tiene desde ayer un nuevo rincón para el esparcimiento en un marco incomparable. A los pies del Pueblo, con olor a mar y vistas al ir y venir de los barcos que nos conectan con la otra orilla mediterránea. La dársena pesquera ha recuperado su esplendor gracias a unas obras de rehabilitación que han supuesto una inversión de 227.589 euros para la Autoridad Portuaria. Desembolso al que se añaden otros 180.000 euros por la compra de un pantalán flotante de madera que permite llegar a los amarres sin dificultades. Estaba previsto que esta apertura al público se produjera el 24 del mes pasado, pero la muerte del expresidente del Gobierno, Adolfo Suárez, y los tres días de luto decretados en España, impidieron que pudiera celebrarse la inauguración. Finalmente fue ayer cuando el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, y el presidente de la Autoridad Portuaria, Arturo Esteban, acudieron a la apertura de la dársena pesquera, en la que se han recuperado elementos antiguos como las vías del tren que permitían conectar el cargadero con el puerto.
“Es una manera de conservar y recuperar la historia”, dijo Imbroda, que también destacó la instalación de elementos deportivos en el nuevo paseo, que le permite ser “un gimnasio al aire libre”. El mandatario local agradeció a la Autoridad Portuaria su esfuerzo en este proyecto porque da un paso más en la integración del puerto en la ciudad, además de la creación de un puerto deportivo en la dársena.
“Ha quedado fantásticamente bien, es una zona de esparcimiento pegada al mar y es lo que quedaba para completar la zona y que quedara vistosa”, siguió diciendo Imbroda al recordar que esta obra de rehabilitación era “una vieja aspiración” de los melillenses.