Las ocasiones de relacionar la neurociencia con la educación son enormes y conlleva infinitas posibilidades de mejora educativa. Desarrollar aprendizaje basado en las peculiaridades de nuestro cerebro es posible y un hecho, gracias a que científicos y expertos en educación están trabajando al unísono para favorecer este tipo de aprendizaje y desarrollar una educación basada en la neurociencia.
¿Es posible aplicar estrategias de aprendizaje que vayan en consonancia con el funcionamiento del cerebro?
Es posible y de hecho se está llevando a cabo en muchos casos. Lo que ocurre es que es necesaria una formación previa en aspectos básicos de la neurociencia. Por ejemplo la estructura del cerebro, sus funciones… Así, se favorecerá el desarrollo de acciones educativas basadas en el funcionamiento del cerebro.
Ya lo decía Hipócrates, el cerebro es el responsable exclusivo de las alegrías, los placeres, la risa y la diversión, y de la pena, la aflicción, el desaliento y las lamentaciones. Y gracias al cerebro, de manera especial, adquirimos sabiduría y conocimientos, y vemos, oímos y sabemos lo que es repugnante y lo que es bello, lo que es malo y lo que es bueno, lo que es dulce y lo que es insípido.
Por lo tanto, aprendemos con el cerebro y si nuestro objetivo como educadores es favorecer el aprendizaje, potenciemos estas investigaciones y apliquemos sus hallazgos para la mejora educativa.
Podemos llevar todo esto a cabo con la personificación de la educación, lo cual favorecerá el proceso educativo. Si el cerebro responde mejor hacia estímulos positivos, llevemos experiencias positivas y ricas a las aulas.
Está demostrado que las neuronas realizan mayores conexiones con estímulos agradables, los cuales se pueden relacionar con aprendizajes basados en desafíos. Dejemos atrás las rutinas y el aprendizaje mecánico, pues hace aburrir al cerebro.
Sin embargo, si lo mantenemos activo mediante estructuras educativas activas como retos, preguntas, cuestiones reales para resolver…. Investigación en el aula. La clave está en que el alumnado se mantenga activo. Muy activo. Nada de pasividad.
El trabajo en equipo, actividades que promuevan el pensamiento científico, la creatividad. El reto docente ahora está en la creación de actividades, dinámicas o experiencias que promuevan esto y posibiliten el desarrollo gradual del cerebro para la búsqueda de soluciones divergentes hacia una situación.
Ejemplos de acciones para incorporar la neurociencia al aula
• Enseñar la neurociencia al alumnado.
Adecuando los proyectos y tareas a la edad de éste es una tarea muy interesante y ayudará a que ellos mismos conozcan su cerebro y posibilidades. Además puede ser un buen proyecto para investigar en el aula.
• La memorias sí, pero bien utilizada.
La memoria es necesario ejercitarla pero de la manera correcta. No sirve de nada que se aprendan cosas memorísticamente que no les sirva para algo útil. Útil de verdad. Una buena forma de ejercitar la memoria es mediante el teatro o los recitales de poesía.
• Utiliza estrategias de grandes aprendizajes
Aprendemos mediante asociaciones, esquemas mentales, jerarquizaciones. Hagámoslos visibles en el aula. Es súper útil promover aprendizajes mediante estrategias creativas que hagan conectar el aprendizaje con el cerebro y la experiencia.
• Trabajo en equipos heterogéneos
Trabajar en equipos desiguales favorece la creatividad y la divergencia de pensamiento, opiniones, formas de hacer… Utilizar también espacios distintos, materiales diversos hace que el alumnado se enfrente cada día a nuevos retos de aprendizaje.
Existen las llamadas neuronas espejo que son modeladas mediante la imitación, pero estas neuronas se ven favorecidas en gran medida por la reflexión de las acciones. Es decir, no solo hay que imitar lo que observamos; sino analizar, comparar, ver pros y contras…
• Trabajar la atención
Se cree que la atención es sinónimo de silencio y tranquilidad. Sin embargo, está demostrado que nuestro cerebro atiende mejor a aquellas actividades que requieren actividad física real. Es decir, la pasividad empeora la atención. La actividad la promueve.
Es imposible que el alumnado esté en silencio y quietos 5-6 horas seguidas. Se aburren, se inquietan y pierden la atención. Sin embargo, si los mantenemos activos mediante proyectos de investigación por ejemplo, activarán su atención en lo que están aprendiendo.
• Realizar actividades multisensoriales
Se trata de actividades que promuevan la musculatura cerebral. Por ejemplo las tareas multidisciplinares y en las que tengan que utilizar varios sentidos.
• Inclusión de las emociones en el aula
Las emociones segregan neurotransmisores y mantienen en forma al cerebro para prepararlo para el aprendizaje. Las emociones crean estímulos inigualables en nuestro cuerpo y debe ser una estrategia fundamental en la acción docente.
Chistes, humor, videos musicales, magia, noticias reales, experiencias solidarias.. deben estar presentes en el aula pues son actividades que humanizan mediante las emociones y la empatía.
Pero sobre todo, es idóneo promover la alegría y el positivismo hacia lo que ocurre en el aula.
