Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Una jornada para aprender qué significa ser bombero

Los pequeños se lo pasaron en grande con las distintas actividades programadas en la jornada de puertas abiertas del Parque de Bomberos

Los Bomberos abrieron ayer las puertas de su casa. Una oportunidad que muchas familias no dejaron correr para acercarse al día a día de una de las profesiones mejor valoradas por la ciudadanía. Aunque los que más disfrutaron de esta jornada de puertas abiertas fueron los más pequeños. Para ellos se organizaron distintas actividades con las que jugaron a experimentar lo que significa ser un verdadero bombero. Un trabajo que no solo consiste en apagar fuegos, como bien dejaron ver los profesionales, sino que abarca multitud de tareas.

Muchos niños y niñas de Melilla se fueron anoche a la cama con el deseo de ser bomberos algún día. El colectivo abrió ayer las puertas de la que se ha convertido en su segunda casa, el Parque de Bomberos, con motivo de la celebración de su patrón el pasado 8 de marzo, San Juan de Dios. La actividad atrajo a numerosas familias y fascinó a los más pequeños, que experimentaron en primera persona cómo es el día a día de estos profesionales.
Durante la hora y media que duró la visita, niños y niñas aprendieron ´las lecciones básicas sobre el fuego y sobre cómo reaccionar ante un incendio. «Si hay fuego en casa, lo importante es que os agachéis mucho para respirar. Cuanto más agachados, mejor». Según explicaron, el humo es el responsable de «la mayoría de las desgracias que ocurren en casa», un dato que no pasó desapercibido entre padres e hijos.
Además de dar algunas pautas de prevención y actuación, el colectivo preparó varias actividades para que los pequeños pudieran jugar a ser bomberos. Así, los invitados se enfrentaron a un laberinto de humo, a una ‘yincana’ con distintas pruebas para demostrar que estaban preparados para la acción y, por último, extinguieron fuegos controlados. Después de esta experiencia, los niños volvieron a casa sintiéndose unos verdaderos héroes. «Se lo han pasado bomba», coincidían varios padres al final de la visita.

Acercar la profesión
El principal motivo de la jornada de puertas abiertas al Parque de Bomberos era acercar a la ciudadanía la labor diaria de estos trabajadores. Según coincidían los bomberos, es una profesión «sumamente gratificante», pese a los riesgos con los que lidian en muchas de sus actuaciones. Como comentó a este diario el presidente de la Asociación Profesional de Bomberos (APB) de Melilla, en la ciudad se superan las 2.000 salidas al año.
Y no todas las actuaciones conllevan la extinción de fuegos. «Abarcamos mucho más», aseguraban los profesionales. Por ejemplo, intervienen cuando hay que rescatar a personas en espacios confinados, en alturas o acantilados, además de ayudar a los animales que se quedan atrapados en los sitios más insospechados, como alcantarillas o arquetas. Por otro lado, cuentan con la peculiaridad de actuar en una ciudad transfronteriza, por lo que en muchas ocasiones son requeridos para rescates o para colaborar con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
«Hay personas que creen que en Melilla los bomberos trabajamos poco. No pueden estar más equivocados. Todos los días tenemos salidas y, aunque la peligrosidad de las intervenciones varía, la nuestra es una profesión de riesgo», aseguró a este diario Eduardo Quesada, uno de los bomberos ‘veteranos’ del cuerpo, con 22 años de servicio a su espalda.
«El bombero se hace, no se nace», afirmó entre risas Quesada. Tanto él como sus compañeros aseguraron que viven enamorados de su profesión. Al fin y al cabo, su trabajo consiste en ayudar a los demás, motivo de peso para mantener la llama viva.

“Al no haber personal, no se pueden organizar cursos”
Según afirmó a este diario el presidente de APB, Bernardo Castillo, pese a lo “gratificante” que resulta su profesión, los bomberos de Melilla llevan tiempo ‘peleando’ para que incorporen nuevos trabajadores a la plantilla. “Como profesionales siempre queremos prestar el mejor servicio”, sostuvo. Al respecto, explicó que la falta de personal hace que los profesionales no puedan continuar formándose, algo que, inevitablemente, acaba repercutiendo en su día a día. “Al no haber personal, no se pueden organizar cursos porque no hay bomberos que se puedan quedar de guardia mientras el resto de compañeros está formándose”, dijo. Por otro lado, esta falta de plazas repercute en otra faceta que, para Castillo, es “imprescindible”: la prevención, un elemento esencial para evitar riesgos. “A día de hoy, el Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento no realiza ninguna actividad preventiva en la ciudad. ¿Por qué? Por falta de personal”, resumió. Según añadían otros compañeros, en los próximos años se retirarán cerca de 15 bomberos. “Hace falta que vayan reponiendo estas plazas con gente joven”, aseveraron.

Loading

Irene Quirante

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€