Además, avanzan los pasos encaminados hacia la gran obra de dotar al puerto melillense de una mayor extensión. La ampliación del puerto es un proyecto de ciudad que está cada vez más cerca de hacerse realidad. Es inevitable que durante algún tiempo estemos pendientes de las primeras reacciones del presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, ya que las anunciadas medidas que pensaba adoptar en torno a la inmigración, la OTAN o los tratados comerciales con diferentes países, entre otras, pueden tener importantes repercusiones fuera del territorio estadounidense. De un lado nos encontramos con el bloque conformado por aquellos que esperan que no lleve a cabo sus promesas electorales, pero no se puede olvidar que existe otro inmenso colectivo que le votó precisamente para que pusiera en marcha esas medidas. Y así como sus primeras palabras tras ganar las elecciones fueran moderadas y conciliadoras, sus primeros nombramientos han sido para el ultraderechista Steve Bannon, de 62 años, que será el consejero principal y jefe de estrategia de Trump, y del que llegan retratos procedentes del otro lado del Atlántico que le tildan de misógino y supremacista blanco. Un nombramiento que ha desatado una oleada de críticas de numerosas instituciones, desde la Liga Antidifamación hasta el Consejo de Relaciones Islámico-Americanas. En definitiva, resulta inevitable desligarse, al menos, en estos primeros momentos de las noticias en torno a las reacciones del, considerado por el momento, como el hombre más poderoso del mundo.
Atentas también las miradas sobre Mariano Rajoy, que viajó ayer a Marrakech para participar en la Convención Marco de la ONU para la lucha contra el Cambio Climático, su primera cita en el extranjero desde que fue investido de nuevo como jefe del Ejecutivo. Rajoy fue recibido a su llegada a la cumbre por el Rey de Marruecos, Mohamed VI, y por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, participará en sus sesiones y, junto al resto de líderes asistentes a esta convención, acudirá a un almuerzo con el monarca alauí. Un encuentro que reviste siempre gran importancia como todos aquellos entre altos dignatarios de los dos países “condenados” a entenderse por la proximidad territorial y multitud de cuestiones de interés común.
Ya aterrizando en suelo patrio lo noticiable, al margen del congreso popular que se celebrará los próximos días 10, 11 y 12 de febrero en la Caja Mágica de Madrid, en el que se adoptarán “decisiones razonables” de regeneración para que “se evite que se vuelvan a producir prácticas de corrupción» entre sus filas y se convierta «en historia” o del futuro de las relaciones entre el PSOE o el PSC tras la reunión mantenida entre el presidente de la Comisión Gestora del PSOE, Javier Fernández, y el líder del PSC, Miquel Iceta, el interés se centra en la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. PGE, por su trascendencia en el devenir de la gestión del Gobierno de Rajoy ya que cuentan con casi un año de retraso. Y no son muchas las opciones para sacarlo adelante. Teniendo en cuenta que no tendrán el apoyo de los socialistas, cobra especial relevancia la próxima reunión entre el PP y el PNV que junto a los votos a favor de Ciudadanos y un apoyo de los canarios, permitirían su necesaria y vital aprobación.
Y ya en Melilla, ayer se daba un nuevo paso hacia un mayor confort en las instalaciones portuarias. Y es que las actuaciones referidas al transporte afectan en gran medida a la ciudadanía en general y, por tanto, suelen despertar interés. Cierto es que las infraestructuras portuarias en Melilla están siendo objeto de continuas mejoras y reformas. En el puerto deportivo se han producido notables cambios en iluminación, estética urbana y servicios lúdicos y saludables con inclusión de aparatos de gimnasia repartidos por el espigón y otras zonas del recinto. En cuanto al comercial ayer se produjo nueva visita de los representantes públicos de la ciudad, que respondiendo a una invitación del presidente de la Autoridad Portuaria, Miguel Marín, pudieron comprobar el funcionamiento de los primeros tramos de pasillos mecánicos instalados en la pasarela que une el muelle espigón con la Estación Marítima y que permitirán a mediados del próximo diciembre recorrer con la máxima comodidad 132 metros lineales, lo que supone la mitad del recorrido entre el lugar de atraque del barco de Armas y el inmueble que alberga la estación. Una pasarela que catapulta al olvido aquella etapa en la que no existía otra posibilidad de realizar dicho trayecto, que el automóvil, autobús o andando. Además, avanzan los pasos encaminados hacia la gran obra de dotar al puerto melillense de una mayor extensión. La ampliación del puerto es un proyecto de ciudad que está cada vez más cerca de hacerse realidad. Una verdadera propuesta de futuro que puede ayudar a lograr ese objetivo de alcanzar un modelo económico alternativo. Una obra que requiere de 250 millones de euros de inversión pública en varios años y que conllevará cerca de 3.000 puestos de trabajo que se podrían crear entre directos e indirectos, según las cifras de Miguel Marín, que no cesa en su empeño para sacar adelante este importantísimo proyecto para el futuro melillense.
