Su propietario, Amin, se muestra “desesperado” ante su situación después de acumular siete denuncias por parte de la Ciudad Autónoma por “las supuestas molestias” que ocasiona su restaurante a algunos vecinos
“Lo que estoy viviendo es ya insoportable”
La frustración de Amin al hablar con este Diario es evidente desde el primer minuto. Hace casi tres años que decidió abrir la Brasería Valhalla, en el barrio del Real, y emprender “con mucha ilusión” su camino como empresario confiando en que funcionase “sin problema”. “Pero cuando te encuentras que lo que estás haciendo con sacrificio en ocasiones causa el enfado de otros empresarios no pueden entenderlo”, afirma con pesar.
Amin explica que abrió su establecimiento cumpliendo “con todos los requisitos” y la licencia de terraza correspondiente para poder funcionar. Sin embargo, le faltaba un último requisito: la firma de la comunidad de propietarios.
“La firma de la comunidad de propietarios, en el reglamento, aparece que tiene que firmar la comunidad de propietarios si la terraza está en frente de la comunidad o está dentro”, explica, señalando que, a la hora de solicitar las rúbricas para obtener este último requisito, tres vecinos firman a favor y dos en contra, que son el propietario de un local anexo al suyo que, según Amin, “no le interesa” que monte su negocio alegando que “le molesta el ruido y el humo de las barbacoas” de su brasería; y un señor que dice que reside en la península y viene a la ciudad “una vez al año”.
Así pues, cuenta que en cuestión de dos meses recibe una misiva de la Ciudad Autónoma comunicándole la revocación de la licencia de terraza en su establecimiento pese “a cumplir con todos los requisitos”.
“Pago mis impuestos, he dado puesto de trabajo, tengo mi licencia de apertura, la fianza pagada y los proyectos hechos”, asevera, apuntando que tan solo le falta la firma de esos dos vecinos para obtener todos los requisitos, pero entiende al mismo tiempo que “no puedo depender de dos personas (a las que) no molesto”, argumentando que, cerca de dicha comunidad, existen numerosos locales y establecimientos hosteleros “que usan barbacoas”. “¿Solo molesta el humo de mi terraza?”, pregunta.
Llegados a este punto, Amin afirma que ha presentado una demanda contra la Ciudad Autónoma para que le devuelva la licencia de terrazas que le revocaron mientras cuenta con frustración como va acumulando sanciones de la Administración local, que oscilan entre 750 y 1.500 euros, por el humo de las barbacoas en la terraza del local.
Por eso, insta a la Administración a que elabore un reglamento que ponga fin a su agónica situación, puesto que asegura que ya lleva acumulados siete expedientes sancionadores.“No entiendo como siendo todos empresarios no empatizamos unos con otros”, lamenta al final.
