Nuevo alarde de despotismo del presidente del gobierno. No podía dejar pasar la oportunidad de apuntarse un tanto y aprovechar unos datos que llevan semanas mejorando en la Comunidad de Madrid para hacer política.
Decidió tomar el control no cuando los datos continuaban empeorando, no. Intentó tomar el control cuando la incidencia acumulado en los últimos 14 días bajó de 800 a 563 por cada 100.000 habitantes, y los casos, hospitalizaciones e ingresos en la UCI continúan cayendo.
Sorprende que no se haya reunido ningún “comité de expertos” para evaluar la situación de Navarra, con una incidencia de 665 casos por cada 100.000 habitantes, mucho mayor a la de Madrid, pero en la que gobierna el PSOE apoyado por los pro-etarras de Bildu.
Es vomitivo que se tomen, y se puedan tomar, medidas de este calado como represalia por una sentencia judicial que no le favorecía. Las cosas se hacen como él quiere, y punto. Buscaban limitar las libertades de millones de madrileños con una orden ministerial, mostrando un desprecio y una falta de respeto total y absoluta a la legalidad vigente.
Se piensan que este es el patio de su casa, que ellos son la ley, y que las instituciones están para servirles.
Las consecuencias económicas de este despropósito las van a sufrir muchos madrileños.
Tras aprobarse esta medida, se estima que 18.000 personas perderán su empleo cada semana, pero les da igual.
Ya empiezan a subirse vídeos a las redes sociales en los que se puede apreciar como hay cientos de negocios cerrados en el centro de Madrid. No se puede jugar con las vidas de la gente de esta manera. Ya está bien.
Francisco Bohórquez
