UGT reivindica el trabajo seguro como forma de garantizar el derecho a la salud de las personas trabajadoras recordando que el sábado se conmemora el Día Internacional de la Seguridad y Salud en el trabajo bajo el lema “Trabajo seguro, es tu salud y tu derecho”. En este manifiesto el sindicato hace hincapié en que sus objetivos son combatir la precariedad, prevenir los accidentes, declarar las enfermedades originadas por el trabajo y defender los derechos de una forma colectiva. La secretaria de Salud Laboral y Organización de UGT, Maite Molina, señala que el trabajo seguro se aborda para combatir la precariedad, la crisis, las reformas laborales y el desmantelamiento de la conversación colectiva ya que ha contribuido a una “extensión creciente de un modelo de relaciones laborales basado en la precariedad, temporalidad, contratos a tiempo parcial no deseado, escasa duración de los contratos y alta rotación del empleo”.
Revindicaciones
“El incremento de intensidad y ritmos de trabajo, el aumento de las exigencias emocionales o la renuncia de ejercer derechos por miedo a perder el empleo están teniendo graves consecuencias en la salud y seguridad de los trabajadores. Pero en el contexto de desigualdad hay colectivos que lo sufren de especial rigor como las mujeres, jóvenes, migrantes, o los trabajadores de edad avanzada”, asegura Molina.
La sindicalista indica que desde el 2013 “venimos sufriendo un incremento de la siniestralidad laboral, durante estos cinco años han fallecido más de 3.000 trabajadores en accidentes laborales y la incidencia en los accidentes de trabajo durante la jornada laboral han aumentado en un 16%, a pesar de la catalogación de los accidentes, es decir con graves consecuencias o largos períodos de recuperación que están catalogados como accidentes leves”.
Además, expresa que hay “accidentes leves que nunca se llegan a registrar, esta valoración si es grave hay que comunicarlo en 24 horas a la Inspección de Trabajo para que se investigue y eso nos hace pensar porque el número de leves es más superior al de graves y por ello, de quien depende esa valoración porque no existe ninguna norma legal para catalogar como grave o leve”.
Por otro lado, la sindicalista explica que hay que “declarar las enfermedades porque lo que no se registra no se puede prevenir y existe un enorme subregistro de las enfermadas es de origen laboral debido a la mala praxis de las mutuas en la determinación de las contingencias comunes”.
“Desde el 2013 la cantidad de partes comunicados de baja por enfermedad profesional es más elevada en mujeres que en hombres, a pesar que el Real Decreto que recoge el listado de enfermedades profesionales faltan actividades laborales. Esta declaración hace que las enfermedades por exposición a riesgos psicosociales sean cada vez más prevalentes aunque no se vean reflejadas en las estadísticas como contingencias profesionales”, señaló Molina.
Por último, la sindicalista expresa que hay que “defender los derechos porque a pesar de que existen textos legales como la prevención de riesgos laborales no es suficiente para hacer efectivo este derecho”.
