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Tragar sapos

La supresión de la bonificación del 50 % a las cuotas patronales de la Seguridad Social es una carga mortal contra la ya moribunda economía productiva melillense
para la carta

Aristóteles desarrolló la teoría de los silogismos, argumentos que son válidos por lógica (Todos los hombres son mortales. Sócrates es un hombre -premisas. Por tanto, Sócrates es mortal, -conclusión). Habría que silogizar más.

Juanjo Imbroda reprochó al PSOE que “se trague todos los sapos” (MH, el jueves). Todos los partidos se tragan sapos. El PSOE es un partido. Por tanto, el PSOE se traga sapos. Si la primera premisa -todos los partidos se tragan sapos- es verdadera, y como evidentemente el PSOE es un partido político, la conclusión -de Imbroda, en este caso- es verdadera.

“Cada día estoy más sorprendido de la capacidad camaleónica que tiene el PSOE melillense para tragarse todos los sapos”. De esta manera, el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, ha reprochado a los socialistas melillenses su postura en torno a cuestiones que, a su jui­cio, perjudican a los intereses de la ciudad, entre ellos, la última polémica respecto al país vecino, la de “aceptar el mapa de Marruecos con Melilla” publicado por la Embajada de Marruecos en Madrid en su web oficial. Imbroda también se ha referido en este sentido a “la desaparición de 300 millones de euros” de los Presupuestos Generales del Estado de 2018 para la ampliación del puerto, el cierre de la adua­na comercial, la pérdida del régimen de viajeros en la frontera al no permitirse la entrada de pro­ductos desde Melilla hacia Marruecos, y “la supresión de la bonificación del 50 % a las cuotas patronales de la Seguridad Social” (una carga mortal contra la ya moribunda economía productiva melillense).

Lo que puede ocurrir, quizás es lo que ocurre, es que no todos los partidos tienen una cierta disposición a tragarse todos los sapos en todos los momentos, unos más que otros. Por ejemplo, el PSOE de Felipe González -el amado líder socialista de hace años, no tan lejanos como parece- tenía menos disposición a tragarse todos los sapos que la que tiene el PSOE del ahora amadísimo dueño, Pedro Sánchez.

Tragarse un sapo debe ser muy desagradable. Hay que sentirse muy obligado para hacerlo. Lo que aterra de nuestro actual presidente en funciones, Sánchez, es que no sabemos por qué se los tiene que tragar ahora, como se tragó al comunismo y al independentismo después de declarar que no podría dormir (ni digerir, supongo) un solo día, si lo hacía. Lo hizo -en aquella ocasión sí sabíamos por qué- y, ahora parece que le ha tomado gusto al sapo, tanto al marroquí melillense como al de la política española en general.

 

Propuesta de Feijóo al PSOE para que facilite su investidura

Es lo que muchos españoles sensatos e informados le piden a Feijóo, aunque prácticamente todos añadiendo que Sánchez despreciará el ofrecimiento. Sería, en un país de democracia históricamente consolidada, lo más sensato y lo más eficaz. Sería -que gobiernen en coalición durante una legislatura los dos partidos más fuertes- algo que ya se ha hecho, con buenos resultados, en muchos países europeos. Con Feijóo eso, en España, sería posible. Con Sánchez -creemos todos- es imposible.

Lo único que puede lograr Feijóo si hace esa propuesta de gobierno de coalición PP-PSOE, es demostrar a los españoles no radicalizados -que somos la inmensa mayoría- que él, Feijóo, es mejor para España que Sánchez.

Además, Sánchez va a tener que tragarse otro sapo: “Puigdemont está mucho más en manos del Estado, que al revés. Es una figura grotesca, despreciada por no menos de la mitad de los independentistas y por la inmensa mayoría de catalanes”, escribe un catalán tan catalán y tan bien informado de lo que allí ocurre, Salvador Sostres, que termina su artículo del jueves en ABC con un contundente y acertado: al “payés errante” le van a recordar – vía una visita bien orientada de la Agencia Tributaria, si hace falta- “qué es un Estado y por qué siempre gana”.

 

Economía melillense

¡Hay que hacer tantas cosas en la economía melillense! Por ejemplo, integrar ChatGPT en las pocas empresas melillenses que sobreviven. “La inteligencia artificial es un momento Gutenberg”, dice el presidente de Microsoft España. Una frase magistral. Ese es el camino, de innovación y creatividad, que se debe seguir en nuestra ciudad. Salir de la economía comunista melillense, todo es público, es un paso imprescindible.

Creer que desde la administración pública -la burocracia- se va a lograr el profundo cambio económico que Melilla necesita es, como el comunismo, una quimera.

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Enrique Bohórquez López-Dóriga

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