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Educación en Melilla

Todos los días debiera ser 25 de noviembre

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Cuando hablamos de violencia de género me aterra pensar en tal nefasta situación. Según las cifras y la prensa este problema no mejora con el tiempo, sino que van empeorando cada vez más. Las mujeres de todo el mundo están expuestas a esta vulnerabilidad que afecta, no solo a ellas, sino a toda la sociedad y que debemos erradicar de alguna forma.

Mujeres y niñas están siendo víctimas en sus hogares o en sus lugares de trabajo… A menudo sus verdugos suelen ser personas muy cercanas a ellas, lo que hace mucho más difícil tal situación por la confianza que alguna vez se ganaron. La violencia de género puede generarse en cualquier rango de edad, cualquier cultura o cualquier estatus social. No solo es una violencia tangible y física que puede ser detectada fácilmente, sino que existe un maltrato psicológico que muchas veces es invisible a los ojos, pero desgraciadamente no lo es al alma. Hay heridas físicas que pueden curarse con el tiempo, pero la recuperación de la autoestima, de la confianza en una misma son daños traumáticos y casi permanentes. Nadie está a salvo de sufrir tal situación o de tener a alguna mujer cercana que la sufra.

Por ello, creo que ya es hora de decir BASTA. Esta vil pandemia no puede seguir avanzando como si nada. Estamos ante una problemática mundial que atenta contra los derechos humanos de todas las mujeres del planeta. Denunciemos y hagamos por que la sociedad actué para conseguir superar esta situación. Yo sueño con un mundo en el que se haya erradicado todo tipo de violencia, pero en especial la que nos afecta por el hecho de ser mujeres. Bien es cierto que en los últimos años se han intentado mejorar las medidas de prevención procedentes de algunos organismos y estamos avanzando en estudios y actuaciones para conseguir este objetivo. No debemos rendirnos y sobre todo, debemos luchar por ir avanzando en el sentido de la igualdad aunque sea a contracorriente. Es una batalla difícil pero creo que no imposible.

Bien es cierto que en estos días reivindicamos la lucha por la no violencia contra la mujer, sin embargo reivindicamos que este tema no debe ser abordado simplemente como una celebración puntual y aislada; sino que es un tema que debe estar presente todos los días del año por su gran importancia y repercusión social. Por ello, la lucha contra la violencia de género no solo debe estar presente en nuestras mentes estos días de reivindicación, sino que ésta y muchas otras reivindicaciones deben estar presentes en todo momento. Estos días sirven para no olvidar, para gritar fuerte que Basta ya de asesinatos de mujeres… Pero no podemos obviar que esto, desgraciadamente, ocurre día a día y que debemos actuar de forma continuada y urgente.

Es necesario que en todas las instituciones educativas se hable de respeto hacia todas las personas (personas, pensamientos, religiones, culturas, y por supuesto género). Está en las manos del personal que educa sensibilizar a nuestros estudiantes para que se conviertan en mejores personas. Personas respetuosas, tolerantes, pacíficas, empáticas y generosas. Personas con un alto compromiso social para luchar por la construcción de un mundo mejor en el que todos convivamos en paz, tolerancia, respeto y armonía.

Estas características son imprescindibles, sobre todo hoy en día y según la situación en la que nos encontramos… desgraciadamente nos estamos viendo en la obligación de enfrentarnos diariamente a muchísimas situaciones terribles que reflejan situaciones de sentimientos de odio. La violencia machista es una de ellas y como tal, debemos poner todo nuestro empeño en que desaparezca por completo.

La mujer no puede seguir siendo una víctima más de esta espeluznante sociedad machista. Hemos avanzado mucho y hemos conseguido derechos que antes ni si quiera se planteaban nuestras antepasadas; pero yo me pregunto: ¿Realmente somos mujeres libres? o ¿nos encontramos en las condiciones que realmente nos gustaría estar como mujeres? Yo creo que no… Porque aún tenemos miedo. Miedo a salir de noche a deshoras, miedo a ser tratadas sin respeto, miedo a que nos violen, miedo a no poder expresarnos según en qué contextos, miedo a no poder compaginar la vida laboral con nuestra familia, miedo a la violencia de nuestros seres más queridos…
Alguno de estos miedos está muy presente en cualquier mujer…sea uno, sean más. Da igual la cultura, la religión, el status social… la violencia de género no entiende de eso. Nos puede tocar a cualquiera. Es por eso que debemos tomarnos esta batalla muy en serio, todas y todos. Hacer lo que esté en nuestra mano para denunciar las situaciones de injusticias y discriminación que sufren las mujeres por el hecho de serlo.

Y, para acabar me gustaría que todas y todos reflexionáramos sobre las medidas y los proyectos que se están poniendo en marcha para erradicar la violencia de género, ¿Son suficientes? Son muchas sí, al igual que las personas que día tras día hacen todo lo posible por conseguir justicia e igualdad, pero pensemos que también está en todas nuestras manos seguir avanzando en este sentido y dejar de reproducir esa cultura machista en la que estamos aún tan arraigados. Seamos optimistas y pensemos que entre todas y todos continuaremos con la transformación progresiva para conseguir un mundo en el que ninguna mujer tenga miedo a ser mujer.

No es difícil conocer, aunque sea de lejos, historias de mujeres que se encuentra en una situación difícil, de maltrato,…Pero a la vez, a lo largo de la historia, han existido muchas otras mujeres atrevidas, valientes y luchadoras que han dedicado su vida por la mejora de las demás. El empoderamiento de la mujer aún es una asignatura que está en pleno desarrollo pero que no puede detenerse. En estos días y siempre, mujeres y hombres debemos manifestar nuestro rechazo a la violencia y alzar nuestras manos y voces unidas para tejer una red de cooperación social y solidaridad con todas aquellas mujeres que están en situaciones difíciles. Seamos sus apoyos y, sobre todo, seamos su esperanza de vida.

En palabras de Frida Kahlo: “Nada es absoluto. Todo cambia, todo se mueve, todo gira, todo vuela y desaparece.” Esperemos que sea así con las desigualdades y la violencia. Que desaparezcan.

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