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El rincón de Aranda

Sánchez Barbero y Melilla

melillahoy.cibeles.net fotos 899 Juan Aranda web

Leyendo la biografía de Francisco Sánchez Barbero, recordé que nuestra ciudad le tiene dedicada una calle en el llamado “Tesorillo Chico”; y la verdad es que merece recordar su paso por el presidio hasta que murió en la más absoluta miseria, el 24 de Febrero de 1819, aunque algunos historiadores fijan la fecha el 24 de Octubre del mismo año. Sánchez Barbero fue uno de los intelectuales liberales que se opusieron a Fernando VII, muriendo a los pocos años de estar cumpliendo su condena. Lo que escribió referente a su cautiverio, no tiene desperdicio alguno. Para él, Melilla era, “Aquesta mansión de criminales”, o “La negra siempre abominable mansión de las cadenas”. Esto era debido al profundo desprecio que sentía por sus carceleros y compañeros, los presos comunes, no políticos. Irónicamente decía que las pulgas eran los sabios de Melilla. En unos versos de un largo poema increpando a Ovidio por su largo destierro, como el que sufría él mismo, dice: “ (…)Para escarmiento de poetas patrios/ tan viles como tú, yo te mandara/ Publio Nasón, con triplicados hierros,/ atado al pié, desnuda la rodilla,/ morar en el presidio de Melilla”.

Sánchez Barbero había nacido en Moriñigo, Salamanca, en 1764. A los doce años ingresó en el seminario conciliar de Salamanca. Fue versado en Virgilio y Homero. Iglesias Casas y Menéndez Valdés fueron los que tomó por modelo de sus ensayos literarios. En 1788 su vocación eclesiástica no iba con sus principios y abandona el seminario marchando a Madrid con más recurso que su ingenio literario. Durante la Guerra de la Independencia cae prisionero de los franceses y en Pamplona logra escaparse. Marchó a Cádiz que por entonces era la capital de España por estar el Gobierno legítimo en esa ciudad. Trabajó en “El Conciso de Cádiz”. En 1813 publica algo en “El Constitucional” de Madrid y la Regencia del Reino lo nombra Bibliotecario de los Estudios de San Isidro y censor de teatros. Al volver Fernando VII de su destierro de Valançay comenzaron las persecuciones políticas por las opiniones liberales. Cuando leía una oda en la apertura del establecimiento docente donde impartía clase, le valió estar preso casi dos años en la cárcel de Madrid. Durante su estancia en la cárcel compuso “La Gramática Latina”, cuyo texto se lo presentó al Gobierno. Poco después por orden expresa del Rey fue trasladado al presidio de Melilla en la noche del 17 de Diciembre de 1815 adonde iba condenado por diez años. Era muy lírico y de inspiración ampulosa como Moratín (Padre), Cienfuegos y Menéndez Valdés. Para el teatro escribió una tragedia titulada: “Coroliano”, “Un Casamiento” (Ópera); “Saúl”, melodrama con música; “En la muerte de la Duquesa de Alba”, “El Patriotismo o la Nueva Constitución” (1812), “La Isla Deshabitada”, los poemas: “Las Cuatro Edades del Hombre”, y “A la Batalla de Trafalgar” (1806). También escribió las sátiras: “Los Gramáticos”, “Los Viajerillos” y “A Ovidio”.

Yo, la verdad que disculpo a Sánchez Barbero, por escribir estos versos cargados de odio hacia todo lo que concernía a Melilla, pues, siendo un intelectual liberal como él, cargado de cadenas por tener unas ideas políticas distintas a un rey absolutista y cruel, y estar pasando calamidades rodeado de indeseables en aquéllos años tan oscuros, políticamente, es para escribir esos versos y todo lo que pueda causar con su difusión. Aunque increpaba así al presidio de Melilla, como ya digo al principio, esta ciudad le tiene dedicada una calle. Supongo será, a modo de disculpa. Juzgue el lector.

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