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Sin mojarse

Lo que está claro es que una ciudad con pocas opciones para desarrollarse y tantos miles de parados no puede quedarse de brazos cruzados ante una oportunidad como ésta, que traería de la mano un inversión de más de 50 millones de euros para construir un centro comercial en el que están interesadas grandes marcas y franquicias que darían empleo y vida a Melilla La oposición no se moja con el centro comercial. Ayer este asunto pasó por la Comisión de Fomento y ninguno de los tres grupos que hay frente al Gobierno dejó clara se postura. Coalición por Melilla, Partido Socialista y Populares en Libertad emitieron el mismo voto, la abstención. Es la opción más cómoda de las tres posibles cuando el tema que se pone sobre la mesa es controvertido, porque les permite cumplir con su voto evitando posicionarse claramente. Y la implantación de la gran superficie es uno de esos temas espinosos, dado que los partidos de la oposición son tradicionalmente reacios a apoyar al Gobierno en sus iniciativas, pero al mismo tiempo son conscientes de que los melillenses no entenderían el rechazo a una gran superficie que anhelan desde hace años.

Aunque no lo digan, en el fondo CpM, PSOE y PPL están a favor de que la implantación del centro comercial por varias razones. Una, la creación de cientos de puestos de trabajo que permitirá, algo tan necesario en una ciudad donde la tasa de paro es insostenible. Otra es el deseo de los melillenses de terminar con la situación actual, en la que Melilla es de las pocas ciudades españolas donde aún no hay un parque comercial como los que hay en otros lugares del país, que ofrecen alternativas de compra y ocio que en esta ciudad no existen. Y una tercera razón es que si el centro comercial no se implanta aquí, terminará haciéndolo en el país vecino, y entonces sí que sería grave no ya solo para el sector comercial de Melilla, que tiene ciertos recelos a la gran superficie, sino también para la economía de la ciudad en general.

Todo eso lo saben los partidos de la oposición, que están a favor del centro comercial aunque no quieran reconocerlo abiertamente, al menos no por ahora. Quizá cuando llegue el momento de intervenir en el pleno este mismo mes expliquen abiertamente su postura, en la que el Gobierno ya ha dejado claro que le gustaría contar con la unanimidad de la Asamblea, pero que si no es posible sacará igualmente el tema adelante con sus propios votos, como ya ha ocurrido con tantos otros proyectos que han pasado por el Pleno a lo largo de los últimos 11 años.

Lo que está claro es que una ciudad con pocas opciones para desarrollarse y tantos miles de parados no puede quedarse de brazos cruzados ante una oportunidad como ésta, que traería de la mano un inversión de más de 50 millones de euros para construir un centro comercial en el que están interesadas grandes marcas y franquicias que darían empleo y vida a Melilla, y que generaría además plusvalías de cientos de miles de euros para la Ciudad Autónoma, lo que también es positivo para los melillenses. ¿A qué esperan los partidos de la oposición para dar su voto favorable? ¿O se hacen los remolones para no tener que dar la razón al Gobierno? Ahí quedan las preguntas, que no se pueden responder con la abstención.

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