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Renovarse o morir

Se plantea, por tanto, un reto de futuro en unas jornadas que ya son una tradición del centro universitario melillense y que este año a pesar de los recortes de la programación han vuelto a alcanzar un rotundo seguimiento por parte de los "jazzistas" locales La rapidez vertiginosa que están experimentado los avances informáticos y tecnológicos, entre otros factores, hacen que la sociedad actual sea objeto de continuos cambios que además se extienden a todos los ámbitos del conocimiento y, como no podía ser de otra manera, afectan a la Cultura.

Esa es una de las razones por la que la consejera de Cultura, Fadela Mohatar, al argumentar y desglosar las partidas del presupuesto asignado a su área por el Ejecutivo local para el año 2017 diferenciaba, por un lado, las destinadas a perpetuar la línea continuista de las actividades con más arraigo en la ciudad entre las que se encuentran la Semana de Cine, la Semana y la Feria del Libro, los asentados Cursos de Verano o certámenes como el de Pintura y Escultura, así como el de Pintura Rápida, o el Premio Internacional de Poesía, pero también señalaba la necesidad de introducir nuevos proyectos acordes con la evolución que se produce en la ciudad y que están destinadas a ampliar el abanico cultural a través de iniciativas innovadoras como Melilla es Arte, Industria Cultural, Forum Ciudades y Territorios Creativos de España, Kahina o el proyecto Nanas Musicales.

Y es que la reflexión y el replanteo de eventos con cierta trayectoria cada día tiene más sentido y actualidad. De ahí que tan solo en unas semanas se han anunciado la intención de introducir variaciones en actividades de naturaleza cultural diversa. José Manuel Calzado y Juan Bellver, presidente y responsable de actividades culturales del Club Marítimo, anunciaban la apertura de los contenidos, a partir de esta sexta edición, de sus Jornadas Culturales, hasta ahora restringidos a temáticas relacionadas con el mar, para abarcar un espectro donde tuvieran cabida los literarios, lo que permitió la interesante conferencia del jueves sobre las mujeres sefardíes escritoras y lectoras, de la investigadora y catedrática Paloma Díaz – Mas, pero ha sido también esta misma semana cuando los cambios han afectado a una de las actividades estrellas de la anualidad melillense como son las consolidadas Jornadas de jazz de la UNED que hace ya más de dos décadas introdujo con un bagaje integrado por pocos medios pero una gran ilusión, el “alma mater” de la iniciativa Ángel Castro. Y precisamente por el hecho de superar veinte años la organización del evento seguido cada vez por un mayor número de aficionados al género musical nacido a finales del siglo XIX en Estados Unidos, que se expandió de forma global a lo largo de todo el siglo XX, se ha planteado su replanteo.

Pararse, reflexionar y emprender una nueva linea de continuidad estable a las jornadas es lo que en esta edición de inflexión han optado por hacer los organizadores. Los resultados inmediatos, la suspensión en la edición que acaba de finalizar, de algunas secuencias como el Jazz Didáctico y las conferencias, con el fin de replantear o bien su eliminación definitiva o su continuidad renovada.

Se plantea, por tanto, un reto de futuro en unas jornadas que ya son una tradición del centro universitario melillense y que este año a pesar de los recortes de la programación han vuelto a alcanzar un rotundo seguimiento por parte de los jazzistas locales que con su presencia han abarrotado los conciertos en la UNED que con alguna apuesta arriesgada pero innovadora en la elección de los tríos han despertado un gran interés entre los seguidores del atractivo género musical.

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