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Reencuentro y convivencia

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Durante la semana que acaba de finalizar, ha tenido lugar el comienzo de los encuentros solicitados por el candidato a la investidura como Presidente del Gobierno y Presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, con interlocutores de diferentes formaciones políticas, con el fin de intercambiar puntos de vista y propuestas sobre el itinerario a seguir por nuestro país desde ahora hasta la sesión de investidura programada para los próximos días 26 y 27 de septiembre y más allá de esas fechas.

El primer encuentro tuvo lugar, a petición del candidato a la investidura, este pasado miércoles, 30 de agosto, en el Congreso de los Diputados y lo fue con el candidato de la segunda fuerza más votada, Secretario General del Partido Socialista Obrero Español y presidente del gobierno en funciones, Pedro Sánchez.

Tras la reunión, el candidato a la investidura, propuesto por Su Majestad el Rey, informó a los medios de comunicación desde el propio Congreso de los Diputados. Reseñó su propuesta para constituir un Gobierno en solitario del Partido Popular, durante un plazo de dos años, con seis pactos de estado en seis áreas relevantes, que requieren urgente actuación. Transcurridos esos dos años, de acuerdo con la otra parte, el PSOE, se convocarían nuevas elecciones o se continuaría con el gobierno investido. La “impresión” del señor Feijóo fue que la propuesta no sería aceptada y en sus palabras, el señor Sánchez le transmitió la “percepción” de preferir negociar con los independentistas que con la fuerza de ámbito nacional más votada.

Por su parte, el Partido Socialista prefirió que la valoración del encuentro y la exposición de la postura del Partido ante la opinión pública española fuera realizada en su sede de la calle Ferraz y por parte de la portavoz del Partido y actual ministra de Educación en funciones, Pilar Alegría.

Tras adelantar que el Partido Socialista no respaldaría la investidura del señor Feijóo en los términos planteados por éste en su reunión, se adentró en una prolija enumeración de ocurrencias y descalificaciones, habituales durante la última legislatura, en la que se sustituyó el debate y la colaboración institucional por el sectarismo y la imposición de los criterios propios a la oposición con nula posibilidad para ésta de ser, por lo menos, escuchada. En ninguna ocasión en más de cuatro años.

La portavoz afirmó que habían asistido a la reunión con “respeto institucional” para afirmar seguidamente que, “a diferencia de lo que hace el Partido Popular”, el Partido Socialista se toma “muy en serio” los procesos de investidura. Aún sabiendo que se trata de una “investidura fallida” (expresión que utilizó repetidamente durante su intervención). El respeto institucional, del que alardeó, no le permitió recordar, al parecer, que la propuesta de la candidatura del señor Feijóo a la investidura procedía, como establece nuestra Constitución, del Jefe del Estado, Su Majestad el Rey, Felipe VI. El respeto institucional no debería bastar con enunciarlo. Sería, tal vez, igualmente conveniente, practicarlo.

Más adelante, afirmó, solemnemente que “el señor Feijóo ha decidido mantener en parálisis este país durante más de treinta días”, pareciendo ignorar el hecho de que la fecha para la sesión de investidura no fue, ni siquiera propuesta por el Partido Popular, sino unilateralmente decidida por la Presidenta del Congreso, Francina Armengol, alegando razones de conveniencia de calendario, para la eventualidad de que del proceso de investidura hubiera que pasar a un nuevo proceso electoral, que, en caso de no aplazar el de investidura, pudiera coincidir con las navidades. Nueva acusación infundada.

En otro momento de su intervención dijo exigir máximo respeto al Partido Socialista por asegurar que la propuesta del PP al PSOE de pensar en la conveniencia de apoyar su investidura era un mero intento de promover el “transfuguismo”, sin que explicase, en modo alguno, de qué manera el plantear una propuesta de investidura dirigida a la segunda fuerza más votada pudiera promover el “transfuguismo”. Podría haber aprovechado la ocasión, también para informar sobre si la cesión de Diputados o Senadores para constituir Grupos Parlamentarios que no disponen del número suficiente de ellos puede considerarse “transfuguismo” temporal, provisional o legítimo por ser el Partido Socialista y Sumar quienes lo practican. Duda no resuelta.

Este asunto del hipotético posible “transfuguismo” de socialistas en favor de los planteamientos del PP arroja una imagen de falta de seguridad en la aparente certeza sobre lo que para el Partido Socialista, “sin lugar a dudas”, será una “investidura fallida” del señor Feijóo. Lo mismo sucede con los reiterados recursos sobre un eventual recuento de votos nulos en la circunscripción de Madrid. No se entiende muy bien tal obsesión si todo parece estar “atado y bien atado”. No lo estará tanto, quizás.

Otra ocurrencia, que parecía pretender ser graciosa era la de, en sus palabras, “hemos pasado de querer derogar el “sanchismo” a rogar al “sanchismo””. Lo que ocurre es que hablar con el “sanchismo”, actualmente, segunda fuerza más votada, forma parte de la derogación del “sanchismo”. El “sanchismo” nunca habla de manera propositiva, con la segunda fuerza. Siempre lo hace de manera impositiva. Parecen no ser capaces de entenderlo. Es simple. Es ello, de hecho, lo que se esconde detrás de la tan cacareada falta de renovación del Consejo General del Poder Judicial. Hay que hacerlo como el “sanchismo” dice y de no hacerlo así, el “sanchismo” acusa a la segunda fuerza en el Congreso de no cumplir la Constitución. Ea.

En respuesta a preguntas de la prensa sobre las eventuales cesiones a los independentistas, aseguró que, en Cataluña, el Partido Socialista conserva los dos objetivos que ha mantenido durante la pasada legislatura: “reencuentro y convivencia”.

Si algo se desprende de la valoración realizada por ambos Partidos participantes en el encuentro, los dos más votados en las últimas elecciones, con un 74% de los Diputados en el Congreso, entre los dos, más un 88% de los Senadores en el Senado, es que lo que, realmente ha recibido un severo golpe, han sido, precisamente, las expectativas, a nivel nacional, de “reencuentro y convivencia”.

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Fernando Gutíerrez Díaz de Otazu
Fernando Gutíerrez Díaz de Otazu

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