Entrevista a Bárbara Judel y María Jesús Cobreros, directora y jefa de Estudios de la Escuela de Arte Miguel Marmolejo
Bárbara Judel, directora de la Escuela de Arte Miguel Marmolejo (E.A.M.M.) de Melilla, junto con María Jesús Cobreros, jefa de estudios del centro, reflexionan junto a Enrique Bohórquez y Elsa Almendros sobre los estudios artísticos y las salidas al mundo laboral.
-Tanto Bárbara como María Jesús tienen una larga trayectoria en este centro, que depende del Ministerio de Educación. Bárbara, ¿qué oferta formativa ofrecéis?
-Es un centro escolar que depende directamente del Ministerio de Educación. Es el único centro escolar de la ciudad que tiene enseñanza artística y reglada. Nosotros lo que impartimos es una docencia profesional, profesional relacionada con las artes plásticas. Tenemos ciclos formativos, ciclos formativos de grado medio y ciclos formativos de grado superior, que dan una titulación de técnico y de técnico superior. Además, tenemos ciclos relacionados con el diseño gráfico, ciclos relacionados con la ebanistería artística o con la rama de la madera, tanto de grado medio como de grado superior, con la creación de páginas web, con el diseño de interiores, con la fotografía artística, con el estilismo de moda y alguna cosa más. También ofrecemos el bachillerato artístico y tenemos un par de ciclos de FP y de grado básico.
-Ofrecéis un amplio abanico de posibilidades para que los jóvenes melillenses que se salen de esa normatividad educativa puedan encontrar un espacio de estudio y también de salidas profesionales, ¿verdad María Jesús?
-Claro, esa es la idea, que la gente que tiene otro tipo de habilidades, que hay mucha gente en Melilla, pueda cubrir esas necesidades.
-¿Cuántos están trabajando?
-El año pasado hice un trabajo de investigación para ver quién había encontrado trabajo y encontré a un montón de antiguos alumnos. Puedo nombrarte por ejemplo a María Mellado, Miguel Esquembri, Miguel Soria, Celia Carrasco…
-Bárbara, ¿la escuela cómo se financia?
-Bueno, la financiación de la escuela depende del Ministerio, o sea, nosotros somos un organismo que depende directamente de él. Es cierto que la CAM nos ayuda y colabora de forma directa con la financiación del centro, en la financiación de los estudios. El curso pasado, nos dieron 30.000 euros y han subido a 40.000 euros. Hay ciclos que son más caros y ciclos que son más baratos. Si tienes que comprar tintas en serigrafía artística, estas son muy caras, pero es que en Melilla se agrava, porque las tienes que traer de la península ya que aquí no las encontramos. Entonces, a todo hay que añadirle el porte, con lo cual resulta todo muchísimo más caro. A veces nos cuesta muchísimo trabajo encontrar proveedores.
– ¿Quién gestiona todo esto dentro de la escuela?
-Lo llevan a cabo los jefes de departamento de los ciclos formativos, que trabajan fenomenal. Son los que buscan la empresa, los que hacen todo el trámite y luego, por supuesto, se acaba con el secretario, que también cumple una labor fundamental en este caso. Es el que se hace responsable de que todo se haga de la forma correcta y legal. Contamos con nueve jefes de departamento de ciclo, porque tenemos los jefes de departamento de los ciclos formativos de las familias profesionales y luego además tenemos los jefes de departamento didácticos.
-Enrique Bohórquez, director de este medio, creo que también tiene algunas preguntas sobre la gestión
-Efectivamente Elsa. Me gustaría saber, ¿cuántos alumnos están en la escuela? María José, como docente y jefa de estudios, ¿encuentras algún tipo de perfil establecido para tu alumnado de bachillerato?
-Hoy día tenemos 303. En cuanto al perfil, encontramos dos vertientes.
Lo que estoy viendo en mi corta carrera como docente, es que lo que realmente les interesa es la actividad artística. Las carreras artísticas cargan todavía con ese prejuicio de que “son más fáciles”. Pero no es así. Lo que es real es que después existen salidas al mundo laboral.
-¿Y os llegan jóvenes desilusionados en general con la educación y con Melilla?
-En el bachillerato no. En el bachillerato llega gente normalmente que está muy motivada para hacer unos estudios con continuación directa con las enseñanzas artísticas. En los grados medios sí que llega normalmente gente que tiene un fracaso escolar. En la FP básica, por supuesto. Entonces, esos alumnos obviamente vienen con una desilusión, una desconfianza de que nadie confía en ellos, para qué voy a estudiar, aparte con otros problemas.
Los de bachillerato vienen motivadísimos, pero vienen con otro tipo de problemas emocionales, como por ejemplo no encajar en la sociedad. Enrique además conocía a Miguel Marmolejo.
-Sí, Miguel es una persona extraordinariamente querida en Melilla. Bárbara me gustaría saber cuántos de vuestros alumnos tienen relación con la escuela después de finalizar los estudios.
-Casi todos se van, pocas veces creo que se ha hablado mal de la escuela como antiguo alumno, o se han sentido decepcionados.
-Un tema fundamental es el tema de las salidas, de la vida después de la escuela, ¿verdad María José?
-Sí, en el ámbito del diseño gráfico, casi todos los años nos llaman empresas pidiendo diseñadores gráficos. Y yo que llevaré seis años dando clases, casi todos los que han querido ser diseñadores gráficos están siéndolo, o están siguiendo su formación o complementando su formación con la profesión.
-Bárbara, económicamente, ¿qué creéis que se puede mejorar?
-Se podría mejorar que fuera el propio Ministerio el que se hiciera cargo de todos los gastos del centro, de todos los gastos de los ciclos formativos que tenemos. Pero me consta que se está intentando solucionar, o sea, que no es una cosa que se está en ello. Aunque es verdad que podríamos estar mejor.
-Por último, vamos a hablar sobre el convenio de la escuela con Melilla HOY. Bárbara, ¿de qué trata?
-Sí, queremos que el alumnado que tiene que hacer prácticas en empresas, venga aquí a trabajar en el periódico para terminar su formación.
-Enrique, ¿estás emocionado?
-Es un paso, en mi opinión, fundamental para la escuela que hace una tarea fenomenal también.
