“Si la Licenciatura en Medicina, fuera la culminación de un aprendizaje, que triste sería para el médico y que angustioso para los pacientes. En esta profesión más que en ninguna otra, se puede aplicar el pensamiento de Platón: “La educación es un proceso continuado a lo largo de la vida. La Universidad da al hombre su dirección, le apunta un camino y le proporciona un mapa bastante incompleto para el viaje, pero nada más”.
W. OSLER, premio Nóbel de Medicina en 1900.
`
Cuánto deben aprender de estas palabras, todos aquellos que por haber “ganado” unas elecciones, las cuales muchas veces había que investigar detalladamente, como se ha ganado y porqué se ha ganado – (Creo que si a Zapatero no le coge la crisis, Rajoy no estaría hoy de presidente -. Por lo tanto este presidente, no es resultado de unas elecciones normales, políticamente concebidas y maduradas por el contribuyente. No. Este presidente es resultado de una emergencia, creada por la clase política, para que siga vigente y con todos los privilegios la clase política. Algo parecido ocurrió aquí en Melilla, cuando todo aquel embrollo de Palacio, Velásquez, Aberchán, etc.… etc… Pocos políticos de verdad, ilustres por honorabilidad y conocimiento. Serios por honestidad y ejemplo, se encuentran hoy en el Parlamento español. Por desgracia para el contribuyente, que entrega su dinero en impuestos y trabajos personales para una causa común llamada España, y la mayoría de las veces, es esquilmado en arcas personales, valiéndose de un cargo, el cual no es digno de ocupar. No. Esto tiene que acabar. Como dicen miles de voces en la calle: SOMOS MÁS… Y por lo tanto, no podemos seguir permitiendo, que personas, hasta hace poco totalmente desconocidas, sin más valores que una paciente espera en Partidos Políticos, hayan aparecido de pronto en traje y corbatas, con sueldos que ellos mismos se estipulan, como ilustres protectores, gestores y mecenas de un patrimonio que ni siquiera han contribuido lo más mínimo en producir, sino todo lo contrario, en derrochar en comilonas, saraos y petulancias personales y familiares como si de riquezas propias se tratara. No… ¡SOMOS MÁS! Pero no solo en número. Sino lo más importante. Somos más. Muchos más, en trabajo común. En valores ciudadanos y patrios. Somos más en respeto y ahorro de la riqueza que a todos pertenece. Somos más, honestos, civilizados y útiles. Somos más. Muchos más en conocimiento y valores productivos. Sabemos hacer casas, curar enfermedades, enseñar al que no sabe… Somos más, entregados, serios, honestos y limpios. Productivos y ejemplarizantes. Nos conoce el campo que da ciento por uno a nuestro sudor. Y el mar, que nos trata de tú, como corresponde a familiares que en él se afanan. Somos más. Muchos más… que navegan cada día, por tierra, mar y aire, para que los caminos de las comunicaciones sean participativos para todos. Muchos más… Muchos más y no os necesitamos para nada porque estamos preparados para defender el honor y la dignidad de todos si fuera necesario, En nuestros comportamientos diarios y solidarios está nuestro orden y en nuestra labor y conocimiento nuestra ley. No os necesitamos para nada. Bajaros de ese pedestal en que os habéis subido ¡Iros ya! Nuestro dinero no os pertenece ni os reclama. Os habéis apropiado de él, con la mayor insolidaridad y falta de respeto. Justificáis vuestro desorden y vuestra ineptitud, con palabras que nada dicen ni hacen, como corresponde, a las que os saldrán un día a justificar cuando enfermos, envejecidos, tengáis que hacer balance de vuestros comportamientos y servicios.
“La Universidad da al hombre su dirección, le apunta un camino…”. Las urnas, dan al político una dirección, le apunta un camino, y le proporciona una imagen respetada y valorada para el viaje… El político de verdad, sabrá seguir en ese camino, con honor y lealtad. Y su educación, servicio y entrega. Honradez y conocimiento, serán un proceso continuado durante toda su vida política. Y al final, tal vez acabe pobre, cómo la mayoría, mayoría, mayoría, mayoría… de los que trabajan con utilidad para los demás, pero su nombre, será recordada con serenidad y respeto, porque habrá seguido su camino con honor y lealtad convirtiendo su trabajo, en una hermosa razón para los demás. Sin embargo, el otro, ni siquiera merece llamarse político, ya que no lo es. Más bien, un oportunista, trepador y petulante, que ensucia más que limpia y destruye, no sólo el bien común con su egoísmo y torpeza, sino la legalidad y buen ejemplo, que debe de tener, el nombre con el cual se ampara, se protege y se beneficia…¡ QUE SE VAYAN !… Por desgracia son muchos… Y las Constituciones, los Derechos Humanos y todas las legalidades que el pueblo ha sabido ganar con sus entregas, y comportamientos, se suele tambalear, entre los egoísmos e incompetencias de todos esos individuos. Miserables barrigas, sin más horizontes que sus sexos y tripas. ¡QUE SE VAYAN DE UNA VEZ… ¡ DE UNA PUÑETERA VEZ !
