Decía D. Benito, en “Los Ayacuchos”: “…Reconozco que es difícil juzgar con frialdad los hechos recientes, en los cuales todos los vivos tenemos alguna parte más o menos activa; la imparcialidad, virtud del espectador lejano, rara vez se encuentra en los que ven la función sobre la misma escena.
No pido ciertamente una rectitud de juicio que no podría tener el que se entretuviera en describir un incendio situándose en medio de las llamas; pero sí mayor serenidad para calificar los móviles humanos de los actos políticos, pues hombres son los que politiquean, los que en la prensa o en las Cortes, a pulgadas o a tiros, conducen por estos o los otros caminos al rebaño que llamamos Nación.
Paréceme que no revela conocimiento de la humanidad el atribuir cualidades tan contradictorias a los que en uno y otro bando, luchan por sus ideas, ni el suponer que estos son ángeles y aquéllos demonios, que los de acá proceden por estímulos honrados y todo lo que piensan y hacen es la misma perfección, mientras los de allá no imaginan ni ejecutan nada que no sea perverso, criminal y desatinado. Con semejante criterio no lograremos fundar aquí sólidas instituciones, ni con tal manera de combatir se puede ir más que a la continua guerra civil, al desorden y a la barbarie, …”. Esto lo escribía nuestro insigne escritor, buen conocedor de nuestra “Piel de Toro”, en 1900, en la calle Hilarión Eslava nº 7, de Madrid, y parece que solo han pasado unos días.
Por otra parte no debemos olvidar que el primer partido independentista catalán fue: “El Estat Catalá”, fundado por Francesc Maciá, en 1922. Primo de Rivera en septiembre de 1923, reafirmó la apuesta por la vía insurreccional, que dió lugar al fracasado intento de “invasión de Cataluña” por la frontera francesa, de un pequeño ejército de voluntarios, conocido como “Complot de Prats de Molló”. Esa confabulación, de ojana, a pesar del fracaso, y el juicio posterior, celebrado en París contra Macià y 17 implicados, convirtió a Maciá, en el mito viviente del nacionalismo catalán. En 1928 el fundador visitó los centros catalanes de América Latina que habían financiado sus actividades, y en La Habana, el 2.10.1928, fundó el “Partit Separatista Revolucionari Catalá”, actuando sólo en América, que fue el aglutinante del independentismo en Cataluña. Cuando tras la proclamación de la II República, el 14.04.1931, Maciá renunció (sic) a la República Catalana, y aceptó la formación de la Generalidad dentro de la II República Española. Entonces los sectores independentistas se distanciaron de l'Avi (el abuelo, como llamaban a Maciá, porque tenía 67 años).
Joan Maragall, el abuelo del que fuera Alcalde de Barcelona y Presidente de la Generalidad, ya escribió su famoso poema: “Escucha España, la voz de un hijo/ que te habla en lengua no castellana/ Hablo en la lengua que me ha dado la tierra áspera, /en esta lengua pocos te han hablado, en la otra, demasiado…”. Creo que el poema es un poco injusto, porque acusaba a España de la política errónea de sus Gobiernos que obedecían los dictados de las compañías catalanas con intereses en el norte de África o en las fábricas textiles de Sabadell. Yo como mucha gente, dentro y fuera de Cataluña, estamos a la espera de que la “desvergonzada” familia Pujol, zarandee con fuerza el hipotético “árbol”, para ver qué personajes, qué entidades, y qué partidos, como “nidos de serpientes”, que no de inocentes pajaritos, caigan en los brazos de la justicia, como dio a entender el patriarca de esa familia: “Si se siegan (sic) las ramas de un árbol caerán las demás”.
En septiembre de 2015, Pérez Reverte decía, que tras veinte años de abandono, incompetencia, indiferencia gubernamental e impunidad de los golfos, votar español en Cataluña es un acto heroico.
La verdad es que desde que estuve destinado en Barcelona, yo siempre me he preguntado si el secesionismo por esa región española que propugnan por su independencia, como son los Mas, los Puigdemont, la CUP, el Sursuncorda y toda la “charnegolandia” de primera, segunda y tercera generación, que están meando fuera del tiesto no la amplían, incluyendo la denominada, “Cataluña Norte”, como es el Rosellón y la Alta Cerdaña, que fueron antiguos territorios catalanes, cedidos por España a Francia en el Tratado de los Pirineos del siglo XVII, y/o la parte oriental de Aragón, territorio denominado como Países Catalanes. ¿Por qué?, pregunto: pues yo pienso que sería porque Francia les haría, a toda esta caterva de patrioteros chauvinistas vergonzantes, un gran corte de manga a la “remanguillé”.
