Se trata de una novela negra, a camino entre la psicología y la comedia, en la que cualquier coincidencia con la realidad es fruto de la imaginación del lector. El autor, mediante el uso de una detallada descripción física y psicológica de cada uno de los personajes de la novela, y gracias a la fluidez y al dinamismo de la narración en tercera persona y los diálogos tan espontáneos y llanos de los protagonistas, nos relata la vida de un grupo de hombres y mujeres ancianos, residentes en un centro socio sanitario, donde la tranquilidad se va a ver alterada por una serie de muertes en circunstancias extrañas. Los análisis forenses indican que dichos fallecimientos son fruto de una mano asesina. La policía, desconcertada, intenta esclarecer los hechos y acabar con la terrible situación por la que están pasando todas las personas que residen en el centro. Tras una ardua labor de investigación y gracias a la colaboración de Julia, una anciana encantadora, aquejada de demencia senil en fase inicial, y la estrategia que pone en marcha el inspector de policía encargado del caso, el escurridizo asesino es atrapado, y la calma vuelve de nuevo al centro.