El Ministerio Fiscal reclama dos años de prisión para un hombre acusado de abofetear y tirar al suelo a su mujer el pasado 24 de julio. Los hechos, denunciados por un testigo presencial, ocurrieron supuestamente en presencia de una hija menor. No obstante, tanto el procesado como la perjudicada negaron en el juicio que se hubiera producido tal agresión. El testigo, por su parte, aseguró que no tenía duda sobre lo que había visto. También se pide para el encausado una orden de incomunicación y de alejamiento de 200 metros por un periodo de tres años. Un individuo se enfrenta a la pena de dos años de prisión como presunto autor del delito de violencia de género. Supuestamente agredió a su mujer, a la que abofeteó y tiró al suelo en presencia de la hija menor el pasado 24 de julio. Así se recoge en el escrito de acusación del Ministerio Fiscal. Estos hechos fueron llevados a juicio esta semana a través del Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla.
El procesado aseguró que nunca ha puesto la mano encima a su pareja ni a ninguna mujer. Según relató ante la magistrada, el día de los hechos acudió junto a su mujer y su hija al Hospital Comarcal. A la salida mantuvo una discusión con su cónyuge, admitió, pero en ningún momento pasó de las palabras a la violencia física, según defendió el individuo.
Al indicarle la fiscal que hubo testigos de la presunta agresión y que estos fueron los que llamaron a la Policía Nacional, el acusado sostuvo que “se han equivocado”. Lamentó que, por culpa de la supuesta confusión, fue detenido y llevado a los calabozos. “Yo quiero a mi mujer y a mis hijos. Ahora me han puesto una orden de alejamiento y yo quiero vivir con ella, porque además ella no habla castellano”, subrayó el encausado.
Defiende a su marido
Pese a que hubo testigos que denunciaron la agresión, la mujer y perjudicada también negó los hechos en el juicio. Coincidió con su marido al señalar que únicamente discutieron. “Nunca me ha agredido”, afirmó.
Según relató, el día de los hechos fueron al hospital y mientras esperaban a que llegase el autobús ella se sentó en el suelo porque no se encontraba bien. La hija menor se colgó sobre ella, siguió explicando, y comenzó a llorar muy fuerte. “Eso llamó la atención”, señaló, incidiendo que la escena pudo dar lugar a confusión para los testigos que denunciaron la presunta agresión.
La mujer, por su parte, señaló que quería seguir viviendo con su marido, pese a la orden de alejamiento dictada.
No duda de lo que vio
El último en declarar fue el testigo que avisó del supuesto episodio de maltrato. “Vi que le pegaba una torta y que la tiró al suelo”, afirmó. El hombre aseguró que no tenía dudas sobre lo que vio y denunció, primero en sede policial y luego en sede judicial. Asimismo, señaló que la propia policía fue testigo de los hechos. “Estaban allí y vieron lo que sucedió”, dijo el testigo.
El Ministerio Fiscal, tras escuchar todas las versiones, mantuvo su petición para que el acusado sea condenado con la pena de dos años de prisión, además de con una orden de incomunicación y de alejamiento, para que no pueda aproximarse a menos de 200 metros de la perjudicada durante un plazo de tres años.
El letrado de la defensa, por su parte, recurrió a la presunción de inocencia de su representado para reclamar la sentencia absolutoria.
La última palabra la tiene la magistrada titular del Penal 2. Tendrá que decidir si el hombre merece ser condenado o absuelto por el delito de maltrato.
