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Pentecostés

Celebran este domingo los cristianos el Domingo de Pentecostés, es decir el quincuagésimo día después del Domingo de Resurrección, viniendo a ser, también, diez días después de la Ascensión de Jesús al cielo. Consideran los estudiosos que, después de la Pascua y la Navidad, ésta es la tercera festividad de mayor relevancia en el calendario cristiano.
Describe el evangelista San Juan cómo, en esa ocasión, después de haber ascendido al cielo y pensar, por tanto, que no lo volverían a ver, se apareció Jesús a sus discípulos, que se encontraban reunidos en oración, se identificó, hizo descender el espíritu sobre ellos y les envió a divulgar la Buena Nueva a toda la humanidad. Narra el relato bíblico que, a partir de ese momento, los discípulos daban gracias a Dios pudiendo entenderse entre ellos, aunque hablasen lenguas diversas, pues procedían de diferentes territorios y hablaban diferentes lenguas, pues el Espíritu les había concedido el don de la unidad.
Comenzaba, de esta manera, la tarea de la Iglesia a lo largo de la Historia de divulgación del mensaje de Jesús; mensaje consistente en la revelación al género humano de su filiación divina, según la cual, todos somos hijos de Dios y consecuentemente todos hermanos en esa filiación. Es decir, el mensaje de fraternidad universal de Jesús de Nazaret.
También se celebran este domingo en nuestra ciudad y en las más de ocho mil ciudades de toda España, las elecciones locales, acompañadas, en buena parte de nuestra nación, de las elecciones autonómicas.
Todo proceso electoral en un país democrático como el nuestro representa una oportunidad para revisar el camino de consolidación de nuestra realidad social, sea ésta local, autonómica, nacional o supranacional a fin de orientar nuestro rumbo, introduciendo las mejoras que consideremos convenientes, atendiendo a lo que las diferentes plataformas sociales, representadas, en nuestro caso, por los partidos políticos, nos ofrecen, bajo el liderazgo, también, de diferentes equipos de personas, que nos han desgranado durante las últimas semanas lo nuclear de sus propuestas.
Conocido es que, en el caso de Melilla, este año, el proceso de presentación de estas propuestas se ha visto singularmente alterado por las anomalías detectadas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de nuestras autoridades gubernamentales en distintos hitos de éste, significativamente en el del ejercicio del derecho al voto por correo.
Cuando culmine el trámite de todas las actuaciones conducentes al desarrollo del proceso electoral, con el final del recuento de votos de los electores, nos encontraremos en condiciones de retomar nuestro camino y acometer el futuro con los mejores proyectos y líderes que hayamos sido capaces de seleccionar. La tarea de seguir llevando adelante a nuestra ciudad y de configurarla como la ciudad atractiva, amable y moderna que nos gustaría que fuera, para nosotros y para las generaciones venideras, seguirá siendo tarea de todos. Los líderes políticos tendrán que hacerlo posible, con la adopción de las medidas adecuadas, pero será cometido de todos, con nuestro trabajo cotidiano, convertirlo en una realidad.
Es, por tanto, un tiempo de esperanza y de renovada ilusión en superar las dificultades que experimentamos o hemos experimentado y que pretendemos acometer con nuevos bríos y revestidos de un nuevo espíritu.
Atrás quedarán los debates entre las diferentes propuestas y entre los diferentes equipos que se ofrecen para conducir nuestro proyecto colectivo como ciudad y los ciudadanos nos dotaremos de lo que consideremos más adecuado para continuar con nuestro camino. Atrás quedará todo esto excepto, como es natural y como ya ha sucedido con anterioridad en nuestra ciudad, para todos aquellos que resulten implicados en alguna de las tramas que investigan la policía y los jueces y pudieran haber intentado alterar por procedimientos ilegales el resultado de la voluntad genuina de los electores. Para esos se abre un período de depuración de responsabilidades y de asunción de las consecuencias que de ellas se deriven.
Independientemente de ello, será el momento para acometer la toma de decisiones sobre medidas concretas que mejoren todas las áreas de vida de la ciudad. Tenemos muchas tareas pendientes y urge ponerse a resolver nuestros problemas, algunos, lamentablemente, ya de muy largo recorrido.
Tendremos que acometer, sin lugar a dudas, el problema del tejido socio-laboral de nuestra ciudad, para hacer descender las tasas de desempleo, la situación de la asistencia sanitaria, la situación de nuestras comunicaciones fronterizas, tanto de mercancías como meramente personales, la ya largamente duradera masificación del sistema educativo en nuestra ciudad, las bonificaciones para nuestro transporte que permitan la adecuada y deseada movilidad de personas y de mercancías en condiciones asumibles, las expectativas de espacio comercial para los autónomos y los emprendedores, la búsqueda de nuevos nichos de actividad comercial que permita promover y generar la creación de riqueza en nuestra ciudad, para, posteriormente, poder ser adecuadamente distribuida y tantas otras cosas para las que todos los partidos que concurren a estas elecciones, de una u otra manera, ofrecen propuestas alternativas orientadas sustancialmente a un mismo fin: garantizar la sostenibilidad y la existencia de un mejor estado de bienestar para todos nosotros.
Es, por lo tanto, éste, un día que los ciudadanos, cada uno desde nuestra perspectiva personal de lo que nuestra ciudad es y de lo que debe ser, miramos con genuinas y legítimas aspiraciones, que todos queremos ver colmadas en el futuro en el más breve espacio de tiempo posible.
Es para todos, en resumidas cuentas, un día en el que identificaremos las vías para, todos juntos, ponernos, una vez más y con renovadas fuerzas, en marcha y acometer con ilusión nuestras tareas. En definitiva, al modo en el que los cristianos conmemoran en este día el comienzo de su tarea universal de divulgar el mensaje de Jesús de Nazaret, hoy, todos los melillenses, sin distinción de credos, orientaciones o procedencias nos ponemos, todos a una, bajo el espíritu de la unidad, en otro orden de cosas, manos a la obra para identificar y desvelar nuestro porvenir, como si hoy también viviéramos, a nuestra manera, nuestro particular y local pentecostés.

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Fernando Gutíerrez Díaz de Otazu
Fernando Gutíerrez Díaz de Otazu

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