«Que siempre dispongamos aquí de una protección que nos resguarde, que dejemos los afectos en el espacio personal, y que todos nos preocupemos por todos», expresó el mandatario de la Ciudad, Juan José Imbroda, quien salió del evento con un mayor «crecimiento espiritual».
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Este lunes por la tarde en Melilla, se abrió paso el paraíso.
Por un corto período de tiempo, el Salón Dorado de la Asamblea ha experimentado una atmósfera celestial, siendo envuelto en un cálido velo de tranquilidad y afecto, gracias a la conmovedora ceremonia oficial llevada a cabo por los representantes de las principales comunidades religiosas de la ciudad: musulmanes, cristianos, judíos e hindúes. Ante un amplio número de autoridades políticas, civiles y militares, destaca la presencia del presidente de la Federación de Comunidades Judías de España, Isaac Benzaquén, quien ha viajado a Melilla exclusivamente para asistir al evento tras reunirse previamente con el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez.
Una ceremonia formal en la cual cada uno de ellos ha realizado un llamamiento para que siempre se mantenga la coexistencia y el respeto entre las diferentes comunidades religiosas.
El presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, ha expresado su deseo de contar con una campana que brinde protección y que todos cuiden de todos, dejando los sentimientos en el ámbito personal. Además, ha destacado que una vez que se enciende una mecha no se sabe cómo se puede apagar. Imbroda ha agradecido la brillante lección de esta tarde y ha salido del evento con un mayor enriquecimiento espiritual.
En su discurso, ha defendido el Pacto por la Diversidad Cultural que fue aprobado en el 2014 en la Asamblea con el respaldo de “los dos partidos principales en aquel momento”: Partido Popular y Coalición por Melilla. Un acuerdo que “continúa en vigor hoy en día” y que aboga “por el respeto a la diversidad cultural y la condena de mensajes de odio e intolerancia entre las diferentes comunidades”.
