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Loa a la concesión a las comunidades religiosas de la Medalla de Oro a la Interculturalidad de Melilla

Abderrahim Mohamed

La ciudad autónoma de Melilla, ubicada en el norte de África, ha sido testigo de un ejemplo brillante de interculturalidad, interreligiosidad y tolerancia a lo largo de los años. Melilla ha sido históricamente un crisol de culturas y religiones. La influencia de su ubicación geográfica ha dado lugar a una diversidad única que ha enriquecido la vida de sus habitantes. Las comunidades religiosas de Melilla han sido testigos de este rico tapiz intercultural y han desempeñado un papel fundamental en la promoción de la tolerancia y el respeto mutuo.

En reconocimiento a la labor encomiable de cuatro comunidades religiosas asentadas en este enclave, el 20 de octubre el Colegio de Abogados de nuestra ciudad ha decidido otorgarles la Medalla de oro a la Interculturalidad. Este reconocimiento destaca el compromiso de estas comunidades en promover una convivencia pacífica y armoniosa en un entorno culturalmente diverso.

La concesión de la Medalla de oro a la Interculturalidad a las cuatro comunidades religiosas es un reconocimiento merecido a su excepcional contribución a la promoción de la interculturalidad, la interreligiosidad y el respeto. Estas comunidades han trabajado incansablemente para forjar un ambiente de convivencia pacífica y armoniosa en esta ciudad única. Su labor continúa siendo un faro de esperanza en un mundo en el que la diversidad cultural y religiosa es una riqueza que debe celebrarse y preservarse. Sus máximos representantes serán los encargados de recoger dicho galardón: Farid Abdel-lah, Eduardo Resa, Mordejay Guahnich y Ramesh Ramchand.

Las cinco comunidades religiosas en Melilla de nuestra ciudad (habría que añadir también a la comunidad cristiana evangélica) han demostrado que es posible la convivencia pacífica entre personas de diversas religiones y culturas. Su labor ha fortalecido los lazos entre los habitantes de la ciudad y ha servido como ejemplo de respeto mutuo y entendimiento en un mundo cada vez más diverso y globalizado.

Hoy por hoy, en tan sólo 12 kilómetros cuadrados, las calles de la CAM son fiel reflejo de una sociedad plural y acogedora, definiendo su idiosincrasia de ciudad multicultural, multireligiosa, abierta y tolerante.

Todo esto hace que la tarea de Melilla como plataforma entre culturas y religiones pueda y deba ser mucho más importante que su extensión y su importancia demográfica, convirtiéndose en un espacio humano, cultural, religioso y comercial compartido entre personas de múltiples orígenes étnicos y religiosos. El pluralismo y diversidad religiosa como escaparate de nuestra ciudad más que alejar y encorsetar nos enriquece y ensancha al ser patrimonio común a compartir.

Melilla no podía estar al margen de esta apertura hacia los otros. Melilla es un lugar donde el diálogo y la espiritualidad se dan de la mano. Un lugar de encuentro, respeto y construcción de vínculos.

Deseando que esta cultura de convivencia se extienda por el resto del territorio nacional y buscando que el respeto hacia el otro, la tolerancia e incluso el amor por lo diferente sustituyan al recelo y al miedo y, porque no decirlo, con cierto sentimiento de orgullo, y siendo una de las peculiaridades características de la Ciudad Autónoma de Melilla la cohabitación en su territorio de culturas y religiones diferentes, que conviven en paz y armonía, y constituyendo este un ejemplo a imitar y exportar a otras ciudades, personalmente y desde mi anterior cargo como responsable de las relaciones con las confesiones religiosas desarrollé diversos y varios actos y actividades siempre en colaboración con las cinco comunidades religiosas. Dichos actos fueron un escaparate, un espacio y una invitación para que cada persona pueda manifestar su dimensión espiritual y cultural. Me siento orgulloso de haber contribuido a visibilizar la gran labor que desempeñan los guardianes de lo religioso. Fui impulsor de iniciativas innovadoras en este sentido, con trascendencia incluso a nivel nacional. Como ejemplos podríamos destacar la institucionalización de:

o Los I Premios de Concordia, Convivencia y Diálogo Interreligioso

o El I Festival de Música Sacra.

o El I Congreso de Diálogo Interreligioso.

o La celebración y conmemoración del Día Internacional de las Religiones.

El 20 de octubre será un día en el que se homenajeará, reunirá y reconocerá a las diferentes confesiones por su contribución en fomentar esta cultura de convivencia y participación, de concordia y tolerancia, de respeto hacia el otro y de conocimiento mutuo. Un reconocimiento a aquellos y aquellas que defienden y potencian una sociedad abierta y dialogante, comprometida con lo múltiple y lo diverso.

Elegimos elevar nuestra mirada a un cielo que nos contempla a todos por igual.

Somos diferentes comunidades pero en una sola tierra. Tenemos diferentes creencias pero con un mismo propósito.

Unidos por encima de nuestras diferencias. Lo que nos une es superior a lo que nos separa. Esta pluralidad de credos y culturas es un patrimonio común a compartir, preservar y divulgar.

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