Tercer tropiezo liguero de la Unión Deportiva Melilla, que entra en la peor racha de resultados de la temporada. El conjunto azulino salió ayer derrotado con claridad de su visita al Villanovense, adversario directo de los melillenses en la zona baja. Una segunda mitad nefasta, con dos goles encajados y dos cartulinas rojas, acabó con las opciones del conjunto de Fernando Currás.
El partido del Romero Cuerda entre Villanovense y Melilla empezó con polémica. Apenas se habían disputado seis minutos de juego cuando el lateral izquierdo serón Víctor Calatrava ponía un centro envenenado que Álvaro sacó ‘in extremis’. Los jugadores extremeños reclamaron que el cuero había traspasado la línea, pero ni el colegiado ni el juez de línea dieron por válida la acción. El dominio local estuvo presente durante el primer cuarto de hora con un Melilla que tenía peligro a la contra pero que se vio superado por el arranque intenso de su adversario.
Pudieron adelantarse los de Julio Cobos al filo del cuarto de hora. Espinar dispuso de una inmejorable oportunidad de gol con un remate a bocajarro desde el punto de penalti y sin apenas oposición de la defensa unionista. El atacante no acertó con la puntería y vio cómo su remate se marchaba lamiendo el poste.
Acto seguido, tras una jugada enmarañada dentro del área de Fuentes, advertiría el cuadro azulino de sus intenciones. Chota metió gol aunque el colegiado Mariscal Sánchez decretó que el delantero melillense se había ayudado de la mano previamente y amonestó al veterano delantero melillense. A pesar de que no fue un partido demasiado duro, el árbitro cargó a los equipos con seis amarillas en la primera mitad.
Poco a poco iba ganando terreno el equipo entrenado por Fernando Currás, dejando a los serones enjaulados en su parcela. El equipo de Villanueva de la Serena sólo tenía peligro a balon parado en los pies de Víctor Calatrava. Los del Municipal Álvarez Claro se habían sacudido el dominio inicial de los verdes y el encuentro tomó un cariz más abierto en esta fase. Es más, el duelo se convirtió en un correcalles en el que el Melilla era más fuerte que su oponente y generaba oportunidades de mayor incertidumbre.
La ocasión más peligrosa de este primer tiempo en clave de la Unión Deportiva vino tras un servicio de banda de Richi, José Fuentes realizó una salida en falso y Guille Roldán, desde dentro del área, estrelló un chut contra la madera. Desperdiciaba así el equipo de la Ciudad Autónoma su ocasión más manifiesta de este primer tiempo.
El partido decayó en su ritmo en la fase previa al asueto. Hasta el descanso, lo siguiente destacable fue un remate de Jose Ángel que se fue alto por poco, pero las mejores sensaciones tuvieron color rojinegro, el de la camiseta suplente que vestía ayer el equipo de Fernando Currás.
Todo cambió tras el paso por vestuarios. El Melilla volvió a verse sorprendido por el arreón inicial del Villanovense, lo único es que esta vez los extremeños sí consiguieron golpear. Cubi aprovechó un servicio desde la esquina y una jugada embarullada en el área para establecer el 1-0 y asestar un duro mazazo anímico al mentón de los unionistas.
A raíz del gol local, el Melilla bajó la intensidad de su juego, cediendo la iniciativa a su oponente. El Villanovense ganó algo de tranquilidad con el tanto favorable y con la entrada al terreno de juego de Curro.
En los azulinos era David Sánchez el jugador más peligroso, sobre todo en las jugadas a pelotas paradas. El centrocampista de los melillenses a punto estuvo de sorprender a José Fuentes con un gol olímpico que no acabó entrando por poco. No obstante, el bagaje ofensivo de los melillenses era más bien escaso en este segundo tiempo.
Los serones dominaban pero andaban algo faltos de contundecia atrás. El Melilla no supo aprovecharse de ello, aunque tuvo una muy clara en las botas de Pedro Conde, quien controló solo dentro del área, aunque finalmente no pudo disparar a puerta, dejando entrever la debilidad defensiva de los serones, especialmente imprecisos ayer.
En los últimos diez minutos, Chota se fue a la caseta por doble amarilla tras una entrada a destiempo. El punto de inflexión que dio la serenidad a los locales. Aún más cuando Juanjo veía también la segunda amarilla tras arrollar a un contrario en el centro del campo. Lo que acabó de rematar a los unionistas fue un contragolpe perfectamente ejecutado por Salvi, quien asistió para que Carlos Fernández estableciera el segundo y definitivo gol del partido.
