El presidente de la asociación cultural ALMINARA y varias asociaciones que lo secundan están en desacuerdo en lo que respecta a los donativos que se pretende donar a otros países. No entendemos por qué se pide que se ayude con donativos de musulmanes melillenses a necesitados de otros países distantes.
Primeramente tenemos que ser solidarios entre nosotros mismos y después expandir esa solidaridad a otros necesitados, estén donde estén, bienvenido sea.
Mientras tanto no vemos correcto y no se actúa con justicia cuando en Melilla tenemos a nuestros propios pobres que no pueden comprar un cordero porque sus economías son precarias, casi hundidos en la miseria, padres de familia pidiendo leche y pañales en bienestar social, colas en ONG pidiendo ayudas de alimento para poder alimentar a sus familias. ¿Qué puede hacer un parado que percibe 420 euros de subsidio, padres de familia con cuatro hijos y además ahora no son 420 euros sino menos cantidad económica que perciben por los decretos de recortes económicos?
Y lo más grave que los conocemos y no podemos hacer nada por ellos, están abandonados, olvidados, discriminados. No hace falta ir tan lejos, nuestros pobres los tenemos aquí. A nuestros pobres quién les va a donar el dinero para la compra de un cordero. Padres de familia que tienen que pedir un préstamo al banco para poder comprar ese cordero. Hay 13.000 parados en Melilla, una tasa de paro respecto a la población activa la más elevada de España, un fracaso escolar; que a nuestros hijos no les vislumbra ningún futuro mejor, solo la espera de unos planes de empleo, si tienen la suerte de que les toque
¿Dónde está la solidaridad con los pobres de Melilla? Se reconoce que hay pobreza en Melilla y se aboga por erradicar esa pobreza con medidas que se pide al gobierno de la ciudad que aplique y estamos de acuerdo, pero no estamos de acuerdo cuando se incurre en el olvido de estos pobres. ¿Acaso no tenemos pobres en Melilla?
Los pobres de Melilla tienen bastante orgullo y dignidad para manifestarlo, y jamás lo dirán. Nosotros somos autóctonos y sabemos perfectamente donde están y donde viven, es responsabilidad nuestra de ayudarles como hacen otras comunidades que les llevan las ayudas hasta sus casas (Melilla es muy pequeña y nos conocemos todos).
En relación a la venta de los corderos en Melilla, no tenemos donde elegir, el mercado de venta de los corderos nos posibilitan solo dos opciones de 210 euros a 250 euros, “es como las lentejas o las tomas a las dejas “. No hay variedad de precios, se nos imposibilita un mercado libre como en Marruecos donde existen distintos precios de corderos con más calidad y asequibles al poder adquisitivo de cada familia.
La Ciudad Autónoma tiene que tomar medidas económica de regulación de precios, para poder elegir, buscar una fórmula económica asequible para encontrar una tercera opción de precios que oscile desde 150 euros- 200 euros – 250 euros.
