MELILLA HOY entrevista a Mordejay Guahnich, presidente de la Comunidad Israelita de nuestra ciudad, para conocer de cerca cómo está viviendo estas últimas semanas marcadas por la tensión en la convivencia intercultural de Melilla coincidiendo, además, con el inicio de la festividad de Janucá.
– ¿Cómo está viviendo la comunidad hebrea de Melilla estos dos últimos meses, desde que estalló la guerra en Gaza? ¿Les ha afectado a su día a día, o las familias hacen piña para intentar sobrellevarlo?
– El 7 de octubre era uno de los días máximos de alegría por la fiesta en la que nos encontrábamos [el sucot] y se convirtió en un día de luto, un palo fortísimo. Era un día de júbilo que se convirtió en día de lágrimas en la sinagoga. Un 7 de octubre negro donde se asesinaron a tantas personas, más de mil asesinatos sin razón y no sabíamos lo que estaba pasando con los familiares y amigos que tenemos allí ni qué había ocurrido. Fue un momento muy tenso, de mucha tristeza. Aquel día nos borraron la alegría de la cara.
Desgraciadamente, aquello dio lugar a lo que estamos viviendo ahora mismo, que a nadie le gusta. Las consecuencias las estamos viviendo a nivel mundial. Es penoso, son consecuencias tristes, como no puede ser de otra manera, porque a nadie nos gusta ninguna muerte. Estamos en la fiesta de Janucá, donde nuestros rabinos dejan claro que no podemos alegrarnos por la muerte de nadie. Es un ser humano creado por Dios y como tal tenemos que respetarnos entre todos. Cada uno tiene sus sentimientos y lo respeto, pero lo que no tenemos que hacer es extrapolar a Melilla problemas ajenos a nuestra ciudad porque no nos facilita en nada.
– Esta semana parece que se ha dado un paso más allá en esa tensión a la que se está sometiendo a la convivencia en Melilla con los llamamientos al boicot a comercios y empresas regentados por judíos melillenses. No sé si los autores han tenido éxito en su intento, pero ¿temen que con ese señalamiento se pueda estar repitiendo la historia?
– Creo que ha quedado claro, con luz y taquígrafo, lo que el pasado 6 de diciembre dijo nuestro presidente, Juan José Imbroda Ortiz, al igual que otras autoridades políticas de la ciudad y sectores sociales.
Respecto al llamamiento al boicot, habrá algunas personas que hayan dejado de ir a comprar, que me parece un grandísimo error porque yo, desde luego, como melillense, no voy a decirle a nadie que no compre en un comercio de un melillense por la religión que profese. Podrá ser por otros motivos, pero me parece un gravísimo error y, como dices, estamos extrapolando más a épocas pasadas vividas, una historia muy reciente, y no beneficia nada ni al sector comercial comercial ni al sector turístico ni al sector industrial. Perjudica a todos, perjudica a comerciantes, trabajadores y al propio comprador. Esto hace que las redes sociales den una imagen de Melilla falsa y errónea.
Es un pequeño que grupúsculo, un pequeñísimo un grupo de personas que han visto una impunidad en las redes sociales y la están utilizando para dar una malísima imagen de nuestra querida ciudad de Melilla, donde es todo lo contrario: convivencia, respeto, amistad, cercanía. Eso es el día a día de Melilla y no nos van a romper cuatro personas, por mucho que griten en las redes sociales o griten en otros sitios.
Lo que hay que hacer es respetar en Melilla el estatus que tenemos de convivencia tan importante. Fuera de ello no lo van a conseguir porque el 99% de los ciudadanos de bien de Melilla estamos en todo lo contrario, apoyando. Melilla está viviendo uno de los momentos peores de su historia comercial, ¿vamos a entrar en esta guerra, que no nos lleva a ningún lado? No, todo lo contrario. Y yo creo que, como el melillense siempre ha sabido sobreponerse a los momentos duros, en estos momentos duros comerciales que estamos teniendo por el cierre de la frontera, todos y cada uno nos apoyamos. Yo soy el que voy a comprar todavía a mi barrio, el que me acerco a los comerciantes de toda la vida, tengo que apoyar, evitar que cierren sus comercios. Y en eso estamos. ¿En qué está afectando [el llamamiento al boicot]? Yo creo que nada o en casi nada, lo único es que están quedando como están quedando.
– El presidente de la Ciudad calificó ese llamamiento al boicot como “fascismo” en su discurso de la Constitución. ¿Cree que esa condena y muestra de apoyo debería haber sido más secundada por otros partidos, comunidades o los melillenses en general?
– Cuando hablo de melillenses, no hablo ni de religión ni de cultura ni de edad ni de estatus social, hablo de melillenses. Los melillenses en general no apoyan estas actitudes, para nada. El apoyo del presidente ha sido secundado también: ha habido dos asociaciones de empresarios que lo han dicho y particulares que han alzado su voz y yo creo que el día a día estamos más que apoyados por los ciudadanos en la calle.
Cada uno en su estatus, cada político, debe saber dónde nos encontramos, y aquí nos encontramos en defender a melillenses. Y parte de ellos, de religión judía, están señalados por tener comercios, melillenses y comercios de nuestra querida ciudad. Me parece fuera de lugar que esto pueda ocurrir. Si esto me lo llegas a contar unos años atrás, no me lo esperaba de algunos que secundan estas cosas.
– ¿Qué les diría a quienes les responsabilizan de lo que está pasando en Gaza, mezclando o confundiendo religión con política?
– Ignorantes y creo que manipulados.
– Melilla lleva a gala su convivencia intercultural, pero estos días da la sensación de que es muy frágil. ¿Cree que podría terminar rompiéndose o los melillenses sabrán protegerla antes de que sea demasiado tarde?
– No rotundo. Los presidentes de las comunidades estamos unidos, las comunidades religiosas de Melilla estamos unidas, como se demostró en el acto en el Ayuntamiento con los líderes religiosos, los ciudadanos estamos unidos y en Melilla siempre hemos sido una piña, ciudadanos melillenses, cada uno llevando a su cultura y su religión internamente y celebrando públicamente el Diwali, el Aid El Kebir, Janucá, Navidad, etcétera. No rotundo, nadie va a conseguir romper la convivencia en nuestra ciudad de Melilla porque sabemos protegernos entre nosotros, unos a otros. Tengo la mano extendida a mi amigo musulmán, cristiano, gitano o hindú.
– ¿Qué podemos hacer para aliviar esta tensión actual, teniendo en cuenta que la causa no depende de nosotros y se sitúa a tantos kilómetros?
– Sinceramente, no está afectando al tejido comercial de la ciudad. Pero esta manipulación de algunos porque quieren tener un minuto de gloria, si se sienten satisfechos de conseguirlo, si piensan que con esto van a beneficiar a nuestra Melilla comercial o turística, creo que es todo lo contrario. Que se sienten, que reflexionen, recapaciten. Tienen libertad de expresión, por supuesto que la tienen, y deben expresar lo que creen, por supuesto, pero tienen que respetar al que está al lado suyo también. Y yo creo que en eso Melilla está muy por encima. Aquí ha habido más de 150 años de generaciones que han plantado una semilla, han regado, han cuidado y hoy hay un árbol muy frondoso y muy fuerte, que es el de la convivencia, y nadie va a talar ese árbol y menos unos poquitos sencillamente con un palillo de dientes, porque no son otra cosa.
– Acaba de empezar uno de los momentos más importantes del año para la comunidad hebrea como es la Janucá. ¿Toda esta situación puede ensombrecer esta festividad o les está afectando en los preparativos?
– Janucá la vivimos de manera muy íntima en nuestra sinagoga, en nuestras casas, en nuestro día a día. Son momentos convulsos a nivel mundial, y no vamos a mirar para otro lado, donde estamos sufriendo todos, y es una realidad; donde todos tenemos que estar y la humanidad tiene que estar más unida que nunca, momentos que ya han pasado, no solamente en Oriente Medio, sino también está pasando en Europa. Hemos tenido, desgraciadamente, muchísimos atentados en Europa, en Estados Unidos, en muchos países de África donde hay asesinatos a mansalva.
Estos momentos de Janucá es de todo lo contrario, la luz, lo que va a ser iluminar el mundo, ayudarnos. Es el mes de la luz. El acto público de Janucá lo hará el Ayuntamiento de Melilla y estaremos ahí. Le agradecemos al Ayuntamiento que haga este acto de apoyo a uno de los grupos sociales religiosos de Melilla, como ha hecho el Diwali, como ha hecho las actividades para Ramadán y como hará las de Navidad, como siempre hemos tenido. Esto no va a influenciar en el día a día, esto se va a olvidar dentro de dos días y esto va a ir perdiendo fuerza quieran o como quieran. El melillense está muy por encima y sabe lo que es la convivencia y no lo va a romper bajo ningún concepto.
“Agradezco el grandísimo trabajo de la Policía Nacional, aunque como presidente de la comunidad no me guste que tengamos que tener un coche en el colegio o la sinagoga”
– ¿Quiere añadir algo a la entrevista?
– Sí, quisiera agradecer a los cuerpos de seguridad de Melilla el esfuerzo que están haciendo, pero que como presidente de la comunidad israelita de Melilla no me gusta, bajo ningún concepto, que tengamos que tener un coche de Policía en la puerta de nuestros colegios o en la sinagoga cuando vamos a realizar libremente, y apoyados por la Constitución, nuestros rezos. No me gusta, pero quiero agradecer públicamente el grandísimo trabajo que está haciendo la Policía Nacional en estos momentos. Siempre, pero en estos momentos especialmente, y en general todos los cuerpos y fuerzas de seguridad.
