Sobre la remodelación que van a hacer en la glorieta del “León”, en la Avenida, como dice el refrán: “Nunca es tarde si la dicha es buena”, para cumplir la Ley de la Memoria Histórica, que imagino también será la retirada del Comandante en el Puerto, y la dichosa plaquita en la casa donde vivió, como los distintos nombres en sendas calles de la ciudad;…
… porque si no es así, todo quedaría en una gran perola con agua de borrajas, o de sardigueras. Hay que decir que ese monumento, fue obra del melillense Vicente Maeso que a petición del Ayuntamiento, fue costeado por suscripción popular, e inaugurado por Álvarez Claro y García Valiño, el 20.07.1941. Sobre este tema, la verdad es que hay que recordar algunas fechas, por las que Melilla se hizo acreedora de aquéllos “gloriosos motivos”; como fue la solicitud, de aquélla corporación municipal, de la Medalla Militar para la Guarnición y Ciudad de Melilla, cuando ocurrieron los hechos del 17.07.1936: “…. Reconociendo el heroísmo que en esa fecha mostraron la primera prueba de patriotismo”. Los rojos como nunca han amado a la Patria, fueron fusilados, o encarcelados: Solo ellos fueron los verdaderos “salvapatrias”.
Mucha gente piensa que la falta de piedad de Franco, contrastó con la humanidad de su adversario principal, Manuel Azaña. El Caudillo decidió redimir la nación por la sangre, frente a la actitud de Azaña, el hombre de la razón y la paz, cuando el 17.07.1937 dijo: “Ninguna política se puede fundar en la decisión de exterminar al adversario, no solo, y ya es mucho, porque moralmente es una abominación, sino porque es materialmente irrealizable, y la sangre injustamente vertida por el odio, con el propósito de exterminio, renace y retoña y fructifica en frutos de maldición: Maldición, no sobre los que la derramaron, desgraciadamente, sino sobre el propio país que la ha absorbido para colmo de la desventura”. En esos días Franco se vanaglorió y entusiasmó con su propia “epopeya gloriosa”, como el sangriento asalto a Badajoz.
En el lugar donde está enclavado ese mamotreto, antes se hallaba el conocido “Kiosco La Peña”, lugar de encuentro de gente de izquierda. En el Acta del Ayuntamiento de 25.03.1940, entre otras cosas dice: “……Se da cuenta de la resolución dada por el Delegado del Gobierno Nacional en esta ciudad en el expediente de expropiación forzosa (sic) del inmueble situado en la Av. Héroes Alcázar de Toledo nº 5, conocido como “Kiosco La Peña”, en cuya resolución se fija un valor, al citado inmueble de cincuenta mil ptas (sic). Así mismo se da cuenta del informe de la Comisión de Hacienda proponiendo que dicho importe se abone al propietario del referido inmueble D. Rafael Martínez Casas, con cargo a la primera habilitación, que se haga cargo a las resultas del ejercicio de 1939, aunque si bien se hace observar que el precio que se fija se estima excesivo, en comparación dado por el perito del Ayuntamiento…..”. Al final se acuerda abonarle al propietario las 50.000 ptas acordadas. Hipotéticamente hablando: ¿Qué valor tendría esa parcela, en la actualidad, y cuanto debería abonar el Ayuntamiento, a su hipotético propietario?. Imagino que un buen pastón.
Yo quisiera saber si en ese cumplimiento de la citada Ley, le han retirado ya, aunque haya sido a título póstumo, al Caudillo, lo que se acordó en el Acta del Ayuntamiento del 1.05.1940, donde se le nombraba: “Hijo Adoptivo y Alcalde Honorario de la Ciudad”; en la que dice: “…. En este caso se presentó una comisión ante el excelso Caudillo de la Patria, la más rendida devoción y gratitud de la ciudad por aceptar dichos nombramientos. Aceptación que es un nuevo timbre de honor para la ciudad, la gratitud más fervorosa y la disciplina más sentida y comprendida. Títulos en los que va también el alma de la ciudad, a la que cúpole el orgullo de ser la primera en la iniciación de la Santa Cruzada, ofrecido con el más encendido amor de su corazón al glorioso Salvador de la Patria….”. ¡Ahí, con dos cojones!: Eso es pundonor, fidelidad, patriotismo y un excelso amor al Caudillo; y todo lo demás, es pura filfa patriotera, y para que aprendan los actuales “melillitas”, que solo ven desde la perspectiva de la visera de los 12 kms. de nuestra ciudad.
Como anécdota, en otra Acta de la Junta Municipal del 27.04.1940 figuran, al margen, 10 pólizas de 3 ptas, y 1 de 7,50 ptas; pero lo más curioso es que todas llevan el anagrama de la II República. ¿Tan tieso estaba el Ayuntamiento, para colocar esos timbres del régimen que tanto odiaban sus dirigentes?. A lo mejor, puede que lo hicieran para quitárselas de encima, ya que estaban “matadas” con la fecha del día que se celebró ese Acta.
Por otra parte, quizás debieran estos señores que se hallan inmersos en la “pomada política”, plantearse, que a esa glorieta la denominaran con el nombre del heroico, y mártir, General D. Manuel Romerales Quintero, que como ya saben, fue fusilado en aquéllos días de “epopeya gloriosa”, por los que durante más de 40 años, ignominiosamente, sus nombres han figurado en nuestras calles; y todo por proteger, digna y sencillamente, la República, que él, como militar, juró defender.
¡Ay!, ¡qué cabeza la mía!, ya se me olvidaba: Recuérdole a la resplandeciente y flamante Consejera de Cultura: ¿Cuando va a retirar el nombre de Napoleón de nuestras calles?. Que ya va siendo hora.
